¿VIVA EL BETIS “MANQUE” PIERDA? No en la violencia de género.

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Rubén Castro es un futbolista del mítico Betis. En el partido contra el Mallorca este caballero se convirtió, con 95 tantos, en el goleador máximo de la historia del club. Sus compañeros y la institución le homenajearon: aquellos le hicieron un paseíllo triunfal; el club, a través de una pantalla, puso los vídeos con los goles más llamativos de este Castro. Vale, ¿pero, entonces, qué tiene de particular para que ello provoque un ejercicio de redacción en este blog?

El caso es que ese Castro ha sido procesado recientemente por cuatro delitos de maltrato y uno de amenazas leves a su ex novia. Y, sin embargo, el club pone en marcha tal homenaje que es seguido enfervorizadamente por los espectadores, convertidos en turba, del mencionado partido contra el Mallorca. Precisamente en uno de los momentos más desgraciados con el resurgimiento de la violencia de género. Argüir que tales delitos se corresponden a actos privados del tal Castro es una argumentación obscena. Lo es porque la personalidad de este elemento es inescindible tanto cuando le cruza la cara a su ex novia como cuando marca un gol. Gravísima es, pues, la premeditación de la junta directiva del club y como mínimo la reacción entusiasta del público es una calamidad, contingente o no.

No será fácil erradicar la violencia de género si cuenta con esos gestos de apoyo. Con esa doblez de comportamientos ente lo privadoy lo que sucede a la luz del día. Aquí ha sucedido lo que relata el viejo refrán: «la mancha de la mora con otra verde se quita». Pero hay algo que espanta en todas estas cosas del fútbol: el ensimismamiento en el que se mueven sus formas de ser, casi rayano en el solipsismo de sus dirigentes y el desaforado incivismo de una masa de seguidores que, de manera contingente, se hace turba. Una turba que aplaude a Messi al salir de los juzgados, enredado en negocios poco limpios; una turba que aplaude a ese Castro, sentenciado por levantar la mano reiteradamente a su ex novia. Algo que hubiera entristecido al gran dirigente sindical Paco Puerto (que en paz descanse), sereno seguidor del Betis y del Barça.