Mis matices con Isidor Boix sobre el CONGRESO SINDICAL CONSTITUYENTE
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Isidor Boix ha sintetizado los acuerdos y los contrastes de nuestro diálogo Hacia un Congreso Sindical Constituyente Congreso Sindical Constituyente. Comparto la disección que hace de lo que hablamos recientemente. De lo que estamos de acuerdo, poco hay que decir. Sí, en cambio, me parece conveniente clarificar mi postura en aquello que parece que nos separa. Señala Isidor: «Me parece al mismo tiempo que donde más matices distintos aparecen, o se intuyen, es en la utilidad del modelo para un proceso de “refundación”, al que parece que sólo yo estoy aludiendo. Opino que un proceso “constituyente”, “refundacional” (desde el espacio electoral sindical de quien lo asuma, estimulando además el actual espacio de vacío sindical), podría suponer un positivo revulsivo para “reinventar” el necesario sindicalismo capaz de sintetizar reivindicaciones y revitalizar la actividad sindical. Un tal proceso podría despertar energías latentes, provocar un gran impulso social para proyectarse además sobre la dura realidad en la que debe operar el sindicalismo de este momento.»
Hasta aquí las palabras de Isidor. He puesto en cursiva lo que, en mi opinión, nos distancia un tanto. Mi posición la sintetizo en lo siguiente.
Creo que es necesario diferenciar –incluso terminológicamente-- los itinerarios hacia un Congreso sindical constituyente que tenga como objetivo la unidad sindical orgánica de lo que haga cada organización con miras a su puesta al día, a su “refundación” o al “repensamiento” al que aluden nuestros compañeros Ignacio Fernández Toxo y Fernando Lezcano (http://www.ccoo.es/csccoo/menu.do?Areas:Confederacion:209318). Me parece casi obligado que lo segundo vaya ligado en cierta forma a lo primero. Ahora bien, son cosas diferentes, a mi entender. O lo que es lo mismo: pienso que renovar una organización, en este caso sindical, no es lo mismo en sus objetivos que un proceso gradual hacia la unidad sindical orgánica, esto es, la constitución de una central sindical unitaria en nuestro país.
Querido Isidor, llámame letraherido o incluso pejiguera, pero si cada cosa no tiene su nombre propio podríamos incitar involuntariamente a la confusión. Imagínate si don Carlos Linneo no hubiera sido cuidadoso en su taxonomía binomial: habría liado un cisco de bigote confundiendo a zoólogos y biólogos, también al resto de los mortales. O, más cercano a ti: ¿qué me dirías tú, que eres ingeniero, si yo me empeñara en llamar con el mismo nombre a las derivadas y a las integrales con la excusa de que ambas son de la familia del cálculo diferencial? Si distinguimos los objetivos de la renovación sindical y los del congreso sindical constituyente, dándole a cada cual su propia taxonomía, estoy de acuerdo contigo. Comoquiera que están en juego también los objetivos de cada proceso, no me parece que nuestra discusión sea de tipo nominalista. En todo caso, lo que está fuera de duda es el consenso que tenemos en lo fundamental.
Por supuesto, comparto lo que dices: «Se trata en realidad de dos marcos no contrapuestos en los que aplicar un criterio similar. Es más, el parcial podría ser un buen estímulo para abordar en un no demasiado lejano momento el unitario proceso sindical constituyente.» La clave de mi acuerdo radica en que has usado, eun un momento, el término adecuado: aplicar un criterio «similar» a los dos marcos. Esto es, que no siendo iguales tienen semejanza.
Debate sindical*

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