La huelga de los futbolistas
Que un servidor considere disparatado el auto de la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional–la suspensión “cautelar” de la huelga convocada por los futbolistas-- podría ser calificado como cosa de un conocido indocumentado. Que dos juristas de la talla de Antonio Baylos y Jaime Cabeza hayan mostrado su desagrado tiene ya otro cariz (1). Así es que no es solamente un disparate sino algo inquietante. ¿O acaso no lo es que un derecho fundamental como la huelga, y más concretamente de esta huelga, sea objeto de dicha suspensión cautelar?
La Sala Segunda de lo Social de la Audiencia Nacionalha sentado un grave precedente para otras huelgas de otros sectores. Pues no hace falta ser excesivamente lerdo para entender que los empresarios usarán y abusarán de este auto en exigencia de que cualquier huelga sea suspendida cautelarmente. Con lo que se estaría mareando de manera sostenida la perdiz del conflicto. Más todavía, un derecho fundamental como éste iría empequeñeciéndose hasta resultar inane. Y todo por arte y gracia de un auto que, queriendo o sin querer, deteriora no sólo el derecho del trabajo sino uno de los pilares de la democracia.
Permítanme un desahogo personal: posiblemente hay alguna relación entre este auto y el cursus honorum de algún miembro de la Sala. A mis ochenta años uno tiene derecho a ser aproximadamente un tanto malage.

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