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José Luis López Bulla Una chispa sobre Volskwagen
José Luis López Bulla



Absortos como están los alistados con Artur Masen los asuntos de la cocinilla –esto es, quién será el presidente de la Generalitat y otros aderezos—nadie hasta la fecha ha dicho esta boca es mía con relación al asunto de la Volskwagen. Y, sobre todo, quien no ha abierto el pico ha sido el gobierno en funciones de Cataluña. Se puede decir, y con razón, que el gobierno español en este asunto se está comportando como una orden mendicante, pero esto no contradice lo primero.


Que Artur Mas no haya movido un músculo no debería extrañar a nadie. A un gobierno de su naturaleza, de un lado, el problema le cae demasiado gordo; y, de otro lado, su actitud silente puede ser explicada de la siguiente forma: no quiero pedir explicaciones a la gran empresa, no sea que me provoque otro inconveniente añadido sobre lo que me traigo entre manos, la independencia de Cataluña. De manera que, aunque sin compartirlo, entendemos la postura de este Mas, cosa que denunciamos con vehemencia.


Lo que no entendemos es que ningún holograma de la lista de Mas ha salido a la palestra para decir algo con sentido y fundamento. Ni siquiera ningún islote “de clase”, o reformista o del sector caritativo. Tampoco ningún hijo de papá que mamó sus primeros calostros oyendo hablar del Barbudo de Tréveris. El lema de este personal sería “Casi todo por la patria”, siendo el “casi” algo demasiado importante como es la condición de vida y trabajo del conjunto asalariado. Pongamos que, por ejemplo, también hablo de los trabajadores de Valeo. Aquí lo que importa es que el campanario repique las glorias de antaño y anuncie las esperadas de hogaño.  Y más en concreto: la ´nacionalización´ de Cataluña no incluye la gran cuestión social que muestre su propia autonomía de proyecto y que rechace la subalternidad al proyecto político de la grosse coalition de los alistados de Mas. Para ellos la cuestión social no es de fiar.


Y, contraviniendo todas las normas que recomiendan que lo principal vaya en primer término, sugerimos una reflexión de gran calado en torno a lo de Vw. Es lo que en un correo nos envía un querido amigo, Miquel Falguera, que nosotros trasladamos a nuestros amigos, conocidos y saludados para lo que haya de menester. Dice:


Mi punto de vista al respecto ya es sabido: Wolkswagen es un ejemplo –otro más- de cómo: a) en el pacto welfariano el Estado renunció al control desde fuera de la empresa y el sindicato al control desde dentro de qué se produce y cómo se produce; y b) las políticas neoliberales lo que están imponiendo es la desaparición de los mecanismos de control interno y externo en todos los núcleos de poder –también, la empresa”.



Y nos comprometemos a un debate sobre estos asuntos que, sobre chispa más o menos, celebraremos en Parapanda a finales de marzo del año que viene. 

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