Información, seguimiento y control en Vw: con unas propuestas por nuestra parte
1.--- “El Gobierno y los sindicatos sociales han acordado constituir un grupo de coordinación y seguimiento del Programa de Inversiones del Grupo Volkswagen en España para un permanente análisis de la situación y proponer las medidas adecuadas para que se haga efectiva la garantía del mantenimiento de las inversiones previstas y del empleo de calidad en España”. Lo que me parece pertinente. El tiempo dirá, no obstante, hasta qué punto el funcionamiento de este grupo de trabajo cumple con su obligación o se queda en un perifollo para salir del paso. En ese sentido, la responsabilidad de los sindicatos –por supuesto, las del resto de sus componentes-- es enorme. Pues no sólo se trata de “conocer” sino al mismo tiempo de “proponer” qué tipo de medidas son las más idóneas para “el mantenimiento de las inversiones previstas y del empleo de calidad”.
Hay que decir, además, que la cosa se complica porque no está tan claro que la empresa esté en condiciones de respetar al compromiso, si es verdad que lo ha dado, de no tocar las inversiones previstas en España donde circulan, según cifras aproximadas, unos 700.000 coches afectados. Y, digámoslo todo, porque en el interior de cada Estado nacional las lógicas tensiones de qué hay de lo mío aparecerán más tarde o más temprano. Y a ello no serán inmunes los sindicatos de cada país. Más todavía, en el campo de las dificultades está el próximo arranque del convenio colectivo de Seat. Ahora bien, sea como fuere, tales dificultades deben ser encaradas como punto de partida, nunca definitivamente dadas. En el sindicalismo confederal español y en el de Seat hay las mimbres necesarias para encarar esta situación. En suma, se trata de una gran responsabilidad, decimos, porque no tenemos muchas experiencias sobre este particular. Es más, la puesta en marcha de dicha comisión podría conducir a una primera experiencia de co-determinación en la gran empresa. De ahí que, tras esta noticia, planteemos lo que sigue.
Primero. Es de lamentar que estos planteamientos se hagan sólo cuando hay calamidades, nunca en situaciones normales. Segundo. Diversos partidos han anunciado, entre ellos el PSOE, que van a elaborar un nuevo texto normativo (un Estatuto de los Trabajadores de nueva planta) y, como tal, figurará en los compromisos electorales. Entiendo que sería adecuado introducir esta figura del control y seguimiento de las inversiones de la empresa en particular y del control en general.
2.--- Que una empresa del calibre mundial de Vw se haya visto envuelta en un escándalo de estas proporciones (unos once millones de vehículos afectados en todo el mundo, sabiéndolo la máxima dirección desde hace algunos años, según ha declarado ante el Congreso de los Estados Unidos) pone en tela de juicio hasta qué punto los poderes omnímodos y sin control conducen a estos estropicios tan superlativos. Todo ello plantea –al menos para Volskwagen, aunque no sólo-- la necesidad de refundar la empresa. A saber, su modelo productivo, vale decir, quéy cómo se produce, los controles democráticos en cada centro y puesto de trabajo, el papel del management… Pero, de igual manera, desafía en todos los aspectos el papel del sindicalismo global, no sólo el europeo. Al menos en lo siguiente: en este caso concreto ¿de qué manera se sintetizan las aspiraciones de los trabajadores y sus sindicatos en cada región del mundo, en este caso concreto de Vw? En todo caso, un aproximado arranque –necesario, pero no suficiente-- es que el sindicalismo se meta en harina. De donde infiero que el papel del sindicalismo en estas historias debe responder a cómo se abordan estos problemas en lo concreto. Como es natural.

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