El ministro Fernández y la Virgen de los Desesperados
Algunos se preguntan por qué el Partido Apostólico insiste en su comportamiento de acollonamiento del personal relacionando el hipotético acuerdo entre el PSOE y los partidos con quienes anda en negociaciones para formar gobierno. Por qué, por ejemplo, insiste el ministro Fernández en vincular el terrorismo, el yihadismo y otras excrecencias con el PSOE, Podemos, IU y el PNV. Por qué insisten, pues, en esa línea que no le ha deparado al PP los resultados que apetecía y, para mayor abundamiento, le hizo perder las elecciones frente a Zapatero tras los atentados de Atocha. Sobre ello un servidor tiene una explicación un tanto heterodoxa.
A saber, al margen de la abundancia de zoquetes que tiene el PP –entre los que se encuentra de manera destacada el tal Fernández-- dicha estrategia está planteada para otros fines. En concreto, no va orientada al público en general sino a los bastiones energuménicos que se encuentran en las placas tectónicas de la caverna patria. Un polítólogo famoso, «de cuyo nombre no quiero acordarme», dejó dicho que la regla de oro de los procesos electorales es, primero de todo, conseguir un pleno de todas sus posibles amigos, conocidos y saludados. Es decir, que no se le escape ningún lado del polígono de la derecha. De ahí que el mensaje no sea de acollonamiento sino de a mí, la legión. Es, en todo caso, un intento de rebañar en todo su parque jurásico, desde el sector de la brillantina al de «vivan las caenas».
Créanme, se trata de una estrategia diseñada por alguien parcialmente leída, lo que no es el caso de Fernández. Si fuera por este tipo, estarían haciendo rogativas para que la Virgen de los Desesperados les echara una mano. Lo que podría ser visto, contradictoriamente, como un ejemplo de paganismo. Pero es su última esperanza.

Font: