Europa, esa anciana dama y el discurso de investidura
Sorprende que nadie haya reparado en el clamoroso silencio que, durante los actuales trajines políticos de ahora, las fuerzas políticas españolas mantienen en torno a la cuestión europea. Y, sin embargo, esa anciana dama, Europa, se empecina en hacerse añicos.
Nadie durante la campaña electoral habló sobre el particular; ninguna referencia en el pacto PSOE – Ciudadanos; tres cuartos de lo mismo, en plena concordancia con lo anterior, dijo Pedro Sánchez en su discurso de investidura. Me juego lo que ustedes quieran a que los respondones a ese discurso tampoco harán referencia alguna.
Y, sin embargo, ACNUR (la agencia de la ONU para los refugiados avisaba ayer que «Europa está en el umbral de una crisis humanitaria; una gran crisis auto inducida». No pocos políticos que hayan leído esta declaración habrán respondido «a mí, plin, yo duermo en pikolín». Si convenimos que eso es política de campanario, sea este de regadío o de secano, podemos concluir pacíficamente que tenemos políticos de campanario. También podríamos añadir que, en este asunto, no hay diferencia entre las llamadas fuerzas emergentes y las de viejuno estilo. Todas ellas parecen responder al indolente recurso retórico de Zidane: «Me da igual que el líder se encuentre a 12 o a 27 puntos». Hasta Materazzi, objeto del deseo de Zidane, se habrá llevado las manos a la cabeza.
Así pues, de seguir con esta desidia, Europa será pura farfolla, a pesar de que nuestro padre Zeus la sedujo (según la prensa rosa de la mitología griega), aunque Heródoto diera otra versión que ustedes conocen perfectamente.

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