Rusia ha invadido militarmente Noruega. La Unión Europea se encoge de hombros y los Estados Unidos dicen llamarse Andana. Que nosotros sepamos los mass media de nuestro país no han dicho ni oxte ni moxte.
Calma, estamos en la ficción de una serie televisiva, Occupied, basada en una idea de Jo Nesbo. Y, como diría la famosa presentadora Mayra Gómez Kemp, «hasta aquí puedo leer» o, mejor dicho, escribir. El resto de la línea argumental ya lo encontrarán ustedes si es que tienen interés en la mentada serie.
Hace algunos años hubiéramos dicho que la idea de Nesbo era un disparate caballuno, un calentón tremendista con la idea de forrarse de dinero. Hoy día hemos de ser más precavidos y retirar cualquier imputación de sensacionalismo al guión televisivo. Tampoco sería sensato que empecemos a dar muestras de acollonamiento por lo que todavía es una metáfora. O, tal vez, una advertencia severa que nos manda Nesbo ante la degradación de la Unión Europea, de sus instituciones y las patologías sociales de nosotros, sus habitantes.
Digamos que las creencias de los europeos sobre las certidumbres que conllevaban sus instituciones fueron exageradas. Digamos, también, que son igualmente exageradas las opiniones que afirman la muerte de Europa. Sin embargo, no conviene echar en saco roto las alarmas que indican la aceleración de un proceso de entropía europeo. De una crisis trinitaria de gran envergadura: de proyecto, de liderazgo y moral.
Que no cunda el pánico, cierto. Pero ¡ojo, cocina!, Jo Nesbo tiene un material objetivo en el que inspirarse.
