«ContabaMiguel Delibesque cuando tuvo su primer éxito editorial conLa sombra del ciprés es alargadase fue a ver a su maestroPío Baroja. Y cuando estuvo frente al ilustre misógino (y misántropo) le explicó los números de su triunfo:
-- Maestro, ya he vendido 3.000 ejemplares.
-- Esa es una cantidad muy importante ¿Y cómo es posible, cómo ha vendido usted tanto?
-- Bueno, me han dicho que ahora leen mucho las mujeres.
-- ¡Ah, pues si leen esas...!»
Lo explica Juan Cruz, que nos deja inquietos por cómo acaba la frase el de Cestona. O tal vez al periodista le dio vergüenza reproducir el final. Porque con don Pío nunca se sabe. Vale.