La educación desdeñosa del socialista Lambán
Los diversos medios de información nos comunican que Manuel Valls ha sido derrotado en las primarias de los socialistas franceses. El vencedor ha sido Benoit Hamon. La diferencia ha sido realmente considerable, un poco más de 17 puntos. Como elemento de preocupación añadimos que el nivel de participación de los inscritos no ha llegado a la mitad del censo, muy inferior a los que han votado en las primarias de Fillon, el candidato de la derecha conservadora.
A algunos dirigentes socialistas españoles de alto ringorrango la derrota de Valls le ha producido vértigo. Pongamos que hablo de Lambán, el presidente de Aragón. Este caballero se ha despachado a gusto contra Hamon. No ha perdido tiempo: «La victoria del radical Benoit Hamon en las primarias socialistas francesas, una mala noticia. Otro Jeremy Corbyn. Otra derrota segura». Habrá que convenir que este perdonavidas de Lambán adolece, no sólo del protocolo, sino del más mínimo sentido del compañerismo y de la solidaridad con su partido hermano. Más todavía, parece evidente el desprecio que siente por Hamon, sino –sin venir a cuento, que se sepa-- también por el laborista inglés Corbyn. En todo caso, me pregunto: ¿Era tan políticamente necesario ese twitter del socialista aragonés? ¿Qué urgencia histórica le obligaba a ello? ¿Aporta algo al socialismo europeo y a la campaña electoral francesa? Una hipótesis intencionadamente amable sería que el dedo twittero de Lambán va a una velocidad que ignoran sus neuronas. No es el único en practicar la twitteropatía. El político twitteradicto entiende que ya no cabe el mensaje razonado, sino la consigna esquemática. En fin, estamos ante el inicio de una nueva plaga que está haciendo estragos. Porque la novedad está siendo que del escribidor de discursos de los políticos se ha pasado al profesional del twuiter.
Lo que sí parece evidente es que Lambán twittea por encima de sus posibilidades.

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