Me entero en el blog de Dempeus per la Salut Pública que según denuncia el sindicato UGT, la presidenta de la Comunidad Madrileña ‘castiga’ a casi dos mil pacientes, por preferir la sanidad pública. Los privados doblan el coste por cama pero, aún así, Espe-rancia Aguirre ha lanzado una fuerte campaña de marketing a favor de los hospitales privados que tantos problemas e irregularidades presentan.
Puede leerse también en Nueva Tribuna que la privatización de la sanidad avanza tan deprisa como crecen los retrasos para determinadas intervenciones quirúrgicas. En sólo cinco años, la salud de un tercio de la población -dos millones de madrileños- ha pasado a ser gestionada por empresas privadas.
Por su parte, Juan Luis Martín, responsable de políticas sectoriales de UGT en Madrid, sostiene que el coste de las camas en manos privados duplica el coste del modelo tradicional, que las listas de espera superan en realidad los tres meses y pueden dispararse hasta los seis meses en el caso concreto de los pacientes que no quieren ser intervenidos en hospitales privados... y a pesar de las promesas electorales de la Presidenta de reducirlas, se ha alcanzado un pico histórico en el número de pacientes en lista de espera, según UGT. Y añaden: “Alguien no ha empleado adecuadamente los 396 millones gastados en los últimos cinco años” que se cierran con 51.000 pacientes en listas de espera. Por otro lado, los recortes de personal -2.600 efectivos menos que en 2008, según el balance final del año pasado-, empeorarán aún más la calidad de la asistencia.
Y UGT sigue informando de que otros servicios privatizados –como la gestión de citas- dejan también datos inquietantes, como el call center o servicio telefónico que atiende a los pacientes al demandar cita con su médico. Indra -la empresa de servicios española que opta a prestar este servicio- ha rebajado de 40 a 26 millones de euros su oferta para prestar este servicio, hoy en vías de privatización, pero lo realmente increíble ñes que ha sido la propia empresa la que dice que no necesita los 40 millones previstos por el Gobierno Aguirre en las bases de este concurso público. Y este "ahorro" le parece absolutamente creíble a UGT porque el sindicato afirma que si este servicio se prestara por medios públicos, costaría dos millones de euros menos de lo ofertado por la propia empresa Indra..
Pero, quiera lo que quiera la Presidenta, y a pesar de la destructora deriva privatizadora, un 67 por ciento de los ciudadanos sigue prefiriendo la sanidad pública antes que la privada según los datos del Barómetro sanitario manejados por UGT.
Pueden seguir leyendo el demoledor informe en Nueva Tribuna.