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José Luis López Bulla ¿CÓMO SE LLAMA LA CRIATURA?
José Luis López Bulla

Con una cierta perplejidad veo que, incluso en ciertos sectores sindicales y de la izquierda, se habla del Primero de Mayo como Día del Trabajo. Esto me recuerda que, en tiempos viejos, los ideólogos del franquismo dictaron que ese mismo día era la festividad de San José Artesano, tal vez en una equidistancia entre el trabajo asalariado y el empresario. También me acuerdo de que –hace cuatro o cinco años-- un manifiesto unitario llamó a los trabajadores a celebrar el 1 (uno de Mayo), como si se tratara de otra fecha más del calendario. Porque, francamente, el uno de mayo no es exactamente igual, conceptualmente hablando, que el Primero de Mayo.


Puede que algunos emperejilados hablen del Día del Trabajo como una mecánica traducción del Labour day. Pero, muy señores míos y muy señoras mías, tengo para mí que los más listillos –desde fuera del sindicalismo, por supuesto-- intentan trasladar la (histórica) concreción que alude “a los trabajadores” al trabajo (abstracto). Pero, la verdad, no entiendo las razones de ese contagio que afecta a ciertos tuétanos sindicales. Es más, cuando se habla de “memoria histórica” hay a quien le flaquean los remos traseros y se olvida de la caracterización primigenia: Día internacional de los trabajadores. A la que, ciertamente, se le debería añadir “y de las trabajadoras”.


¿Puedo pedir, pues, que se respete el carácter de ese día?


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