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José Luis López Bulla LA MONETARIZACIÓN DEL DISENSO
José Luis López Bulla



El Mago le ha puesto una multa a Mario porque éste no ha querido dejarse hipnotizar en la función: trescientos euros del ala por no participar en el artificio. El mago Cipolla tiene esos prontos. En todo caso se trata de un giro que no estaba previsto en el relato de Thomas Mann: la monetarización del disenso. Que nosotros sepamos, nada de eso ocurrió cuando Nicolás Redondo y Antón Saracíbar dijeron nanay a Felipe González por algo similar. O tempora o mores.


La postura de Antonio Gutiérrez ha movido toda clase de comentarios en las redes llamadas sociales. Ha habido quienes –desde la escribanía sentada del Mago hasta reacciones peristálticas de acrisolado rojerío— han criticado a Gutiérrez. Los primeros por desafección. Los segundos porque, según ellos, “llevó a Comisiones Obreras a ponerse en manos del partido socialista”: una acusación melancólicamente tan falsa como aquellos duros sevillanos de antaño. Afortunadamente también han entrado en escena los que se han puesto del lado del antiguo secretario general de Comisiones Obreras. Dentro de esta agrupación ha habido quien ha valorado la “coherencia de Gutiérrez con su pasado sindicalista”. Vale, pero …


… pero no me parece que este sea exactamente el caso. Es cierto que hay coherencia, aunque yo diría que se trata más de continuidad de lo que nuestro hombre pensó, escribió e hizo en toda su dilatada biografía sindical. Para significar lo que digo, nada mejor que releer los motivos que le han llevado a su posición: clica aquí
Será más fácil despedir que flexibilizar. Acabada la lectura –o la relectura-- podemos caer en la cuenta de que –si bien la coherencia con el pasado sindical parece clara— lo fundamental es otra cosa: lo atinado de su argumentación. Que brevemente sintetizado es: la crítica al modelo productivo de nuestro país, la poquedad de las miras de un empresariado de corto respiro, el error reiterado del gobierno, la altanera sumisión del presidente del gobierno y algunas observaciones fuertes al sindicalismo confederal español. Y, como eje central, la inutilidad contraproducente de la (putativa) reforma laboral. De esta reforma laboral.


De todo ello se deduce que, siendo importante el ejercicio del derecho al disenso, lo importante de Antonio es el logos que expresa su artículo. Por ahí, pienso desde mi condición de viejo chocho, debería ir el debate, no por la disidencia o por la zafia multa de los trescientos euros. Lo que se dice porque, además, en el artículo citado están gran parte de las claves de la puesta al día de Comisiones Obreras bajo la dirección de Gutiérrez.


No quiero acabar sin dejar caer un agüero: posiblemente desde las más variopintas escribanías se está pensando en inventar alguna quisicosa contra Gutiérrez; por ejemplo, que se pasea en pelotas a las cuatro de la mañana por el barrio o que se mete el dedo en la nariz o, tal vez, que el clarinete que tiene en su casa se lo pagó Madame Pompadour. No adelantemos vicisitudes, y en todo caso sigamos la voz enérgica del Conde de Niebla que, según nuestro Juan de Mena, dijo en cierta ocasión: “
non los agüeros, los fechos sigamos“. Toda una apelación a los hechos que comportaba un desafío al destino, una arrojada incitación a quebrantar la inercia y la fatalidad. Más o menos, lo que ha hecho Antonio Gutiérrez.




Radio Parapanda. Una exclusiva:
INTERVENCIÓN DE JAVIER DOZ EN LA OIT.
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