De todas las primeras valoraciones que he leído después de que cerraran las urnas en los Estados Unidos y el Tea Party arrasara dando al Partido Republicano la mayor victoria desde 1948, creo que Robert Reich, profesor de Política Públicas Públicas de la Universidad de California (Berkeley) da unas de las claves de futuro. Reich se pregunta qué lección debe aprender Obama con urgencia: la de Clinton en 1996, o la de Franklin D. Roosevelt en 1936. La elección que haga determinará su estrategia en los próximos dos años, y sus posibilidades reales de reelección.
Reich cree que se equivocaría Obama si optara por lo que hizo Bill Clinton: renunció a sus reformas (en especial, la de la sanidad), porque de hecho fue reelegido en 1996 no porque adoptara las políticas de la derecha, sino porque la economía ya se había recuperado, cosa que dificlmente habrá sucedido en el 2012, año de elecciones presidenciales y de reelección -o no- de Barack Obama.
La economía americana está creciendo en un 2 por ciento que es demasiado poco para crear empleo, las ventas y los ingresos de las empresas se enlentecen de nuevo, mientras han vuelto a disminuir las ventas de viviendas y las ejecuciones hipotecarias aumentan. Un panorama fantástico para que los republicanos sigan presentando a Obama y sus políticas como los grandes responsables del estancamiento.
Si Obama opta por imitar a Clinton (recordemos que fue ese Presidente el que acabó firmando el fin de las reformas Roosevelt y puso fin a la Glass-Steagall Act de regulación del sistema financiero) el Partido Republicano ganará por partida doble. Por una parte, porque Obama no saldrá reelegido. Y, en segundo lugar, porque abandonando sus reformas que le llevaron a la Casa Blanca, adoptando las medidas de liberalización y reducción del déficit, dará la razón a los republicanos --y de paso a Merkel, a Cameron (y a Rajoy que ya es bien triste) en que la cuestión central es el tamaño del gobierno, que quizás sea cierto que ha llegado a ser demasiado grande, y que la economía sólo puede mejorar sólo si se somete a una dura dieta y se reduce considerablemente... (Y todo esto sin que se pueda hablar en los Estados Unidos de un Estado del Bienestar tal como se ha entendido en Europa).
Si Obama opta por seguir la senda de Clinton, los republicanos siempre ganan.
La mejor opción del Presidente cara a la reelección sería replantear el debate, poniendo en el centro del mismo, con todos los focos iluminando su importancia, el poder de las grandes empresas y de Wall Street que siguen abusando de su enormes ventajas económicas a expensas del resto de la población. Este es el campo de juego de los democrás, y es más relevante hoy que en cualquier otro momento desde la década de 1930.
El 1 por ciento de los estadounidenses más ricos se lleva a casa casi una cuarta parte de todos los ingresos, y detenta casi el 40 por ciento de toda la riqueza. Mientras tanto, un gran número de estadounidenses se quedan sin hogar porque los bancos no les permite reorganizar sus hipotecas en quiebra. Y las corporaciones siguen abocando gente al paro (sin contratar nuevo personal) en números crecientes.
En opinión de Reich, la lección política que debería aprender Obama es la de Franklin D. Roosevelt en 1936. Nos dice: "En las elecciones de 1936 la Gran Depresión estaba entrando en su octavo año. Roosevelt había sido Presidente durante cuatro de ellos. Sin embargo, ganó la mayor victoria electoral desde el inicio del sistema de dos partidos en la década de 1850. ¿Cómo? Franklin D. Roosevelt cambió el sentido y la fuerza del debate dejando bien claro que si no pudo realizar sus políticas, se debía a la irresponsabilidad de sus oponentes. Pedía a la gente que le escuchaba que decidiera de qué lado estaba, y cuáles eran sus intereses reales, porque los Republicanos significaban "negocio financiero y monopolio, especulación, y banca imprudente".
Y Roosevelt lo repitió una y otra vez. No se sintió vencido ni se aminaló. Al contrario, dijo a todos los que quisieron escucharle les decía: "Nunca antes estas fuerzas reaccionarias han estado tan unidas en contra de un candidato como hoy". "Ellos son unánimes en su odio por mí, pero yo doy la bienvenida a su odio." Roosevelt plantó cara. Clinton cedió , y acabó cediendo mucho más, hasta el final de su mandato, como ilustra la foto del final.
Reich cree que la economía de 2012 no será tan mala como la economía de 1936, con suerte. Pero no será tan buena como la economía de 1996. Para que el presidente Obama pueda aspirar a la reelección en el 2012, 1936 es el año relevante.
En la foto: Bill Clinton después de abolir los restos de de la Glass-Steagall Act que ponía fin a las regulaciones de Roosvelt, con el aplauso de demócratas y republicanos (y sentaba con ello, en buena parte, las bases de la crisis económica actual). También podríamos preguntarnos, a estas alturas de la crisis ¿de qué se ríen?