LA NUEVA RECONQUISTA ESPAÑOLA

En tiempos de antañazo la fuerza de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana se basaba en el pavor que infundía; hogaño aquel miedo se ha convertido en irrisión. Vean si no el último pronto: Rouco Varela, el Cardenal en jefe de la Curia hispana, ha declarado bombásticamente que ahora empieza la Reconquista. En honor a la verdad se ha de aclarar que este nuevo don Pelayo pasó sin problema alguno el control de la alcoholemia. Algunamente, sin embargo, tendría ciertas dificultades para superar otros controles de tráfico, vebigracia, el recto acomodo de sus cabales. Eso le ocurre a don Pelayo Rouco por no haber leído el nuevo número de la REVISTA DE DERECHO SOCIAL: NUMERO 51.
Dicho lo cual, se me ocurre un consejo, que no consigna faltaría más: absténganse los anticlericales de vieja estirpe a comentar la homilía de este alto funcionario eclesial. Porque los mayores destrozos a sí mismo y a la causa de la Reconquista los hace tan guerrera cofradía. Calle el gran ABENÁMAR, moro de la morería, aquel que nació estando la mar en calma y la Luna crecida. Miren todos a otro lado porque nos conviene que don Pelayo Rouco sea reelegido para seguir rigiendo los destinos de Hispania. Eso sí, la cofradía de los historiadores –siempre tan pendenciera— debería sacarle punta al lápiz y observar en qué queda la medieval bravata de tan conspicuo ensotanado. A quien ocho siglos le contemplan.

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