Titular notícies
José Luis López Bulla LA FIOM NO DEBE HACER CASO DE CIERTOS TARAMBANAS
José Luis López Bulla

Dentro de nuestras posibilidades hemos ido informando de los acontecimientos en Fiat (Mirafiori). Y, también, dentro de nuestros conocimientos hemos ido reflexionando sobre tan gravísima situación. Hemos partido de un apoyo a la FIOM y, por el contrario, nos hemos permitido censurar ásperamente las tomas de posición de los más importantes dirigentes del Partito democratico italiano. No sólo de los que han apostado por el apoyo --¡en nombre de la modernidad y la renovación!— al jefe de Fiat, Sergio Marchionne; también de la incomprensible actitud del secretario general de dicho partido, Pierluigi Bersani. Este caballero, ostentando una camuflada equidistancia, dijo en su momento que no podía apoyar el `no´ de la Fiom, porque eso significaba desautorizar el `si´. He aquí un vértice político que apoya un régimen de empresa totalitario –chino, ha dicho Fausto Bertinotti-- que abre un peligroso precedente en las relaciones industriales europeas.


Como se sabe, el resultado de las votaciones ha sido el siguiente: 2327 no, 2734 sí. Como se ve es un resultado bastante apretado, pero que da manga ancha a la dirección de la empresa. Más todavía, para extender esta práctica de chantaje preventivo al resto de las factorías de Fiat en Italia, Melfi y Cassino. Un resultado apretado, decimos, a pesar de las amenazas (también preventivas) en caso de triunfo del `no´. Primera conclusión provisional: el coraje de la Fiom es indudable y, de igual modo, el coraje de los que han seguido, en condiciones difíciles, dicha orientación. Dicho lo cual, aceptando el riesgo de ser tildado de impertinente, planteo las siguientes reflexiones.


Primero, la FIOM debe estar atenta porque una serie de invitaciones que le llegan desde fuera no son, a mi entender, de recibo. Segundo, la FIOM –desde su propia personalidad— debe mejorar sus relaciones con la casa grande, la CGIL. Vayamos pormenorizadamente por partes.


Primero. Los manifiestos de apoyo a la FIOM que hemos publicado en entradas anteriores han dado en el clavo. Han ido a las entrañas del problema. Ahora bien, algunos artículos de politólogos, que han apoyado el `no´, mean fuera del tiesto: dan la impresión de una instrumentalización política de un planteamiento justo, de un lado, y, por otro, inducen a que los metalúrgicos se distancien de la CGIL. Es como si tales politólogos y escribidores invitaran la FIOM a ser el crisol de un nuevo partido de izquierdas en Italia. Alguien, por ejemplo, ha planteado a palo seco que la FIOM auspicie un candidato propio para las próximas elecciones municipales en Torino. Más o menos a reeditar una Solidarnösc en Italia o a desempolvar las esencias del viejo Partido sindicalista del español Angel Pestaña. No tengo ningún inconveniente en polemizar con Anás o Caifás sobre ello.


Segundo. Un mayor distanciamiento de la FIOM con relación a su casa grande, la CGIL, empeoraría las cosas no sólo en la confederación sino en todo el panorama sindical italiano y, por extensión, el europeo. Por lo tanto, yo me guardaría mucho de los
tarambanas externos, esos moscones que acuden frecuentemente a un panal de rica miel, tal como los retrató nuestro Samaniego.


Querida FIOM: tú a lo tuyo. Que ya sabes de sobra de qué se trata: de rehacer la unidad en Mirafiori.


Radio Parapanda. Tengan a bien clicar en NORMAS FUNDAMENTALES DE TRABAJO Y ACUERDOS COMERCIALES Les habla, como es debido, mi sobrino Antonio Baylos.







Últimes Notícies