Desde que he visto en L'Humanité el video que acompaña a esta entrada, no he dejado de pensar en cómo Europa va acercándose cada vez más a la etapa negra del nazismo y la impunidad policial. Y he tenido que reflexionar, forzosamente, sobre quienes generan, de verdad, la violencia. No he llegado a ninguna conclusión que no tuviera ya aprendida, pero me alegro de que exista Internet para poder conocer estos abusos de poder, estas cobardes prepotencias, estas dolorosas provocaciones de seres asociales con uniforme...
El vídeo muestra una sentada realizada por unos pacíficos manifestantes de Anduze (Gard). El día 21 de enero bloquearon un tren turístico regional para protestar contra la reorganización local de los municipios. Imaginen el peligro de sus reivindicaciones y miren las caras de buena gente de las personas que se manifestaban, la mayoría, además, de una cierta edad. Todo transcurría bien hasta que un mando del pelotón de gendarmería llegó con sus compañeros. Este mando, al parecer, es de bomba lacrimógena fácil y la utiliza a bocajarro contra las personas que estaban en las vías.
“No hay investigación abierta a día de hoy”, explica la Dirección General de la gendarmería (DGGN). Sin embargo, razones no faltan a la vista de este vídeo que no ha parado de circular por Internet. Un buen ejemplo de cómo funciona la democrática Francia de Sarkozy, quien, con Angela Merkel, pretende guiar Europa por el camino de la obediencia; o si no, ¡atenerse a las consecuencias!
Cuanta razón tiene Stéphane Hessel cuando nos llama a la indignación.