AYUDAD AL SINDICALISMO EGIPCIO

Quedó definitivamente probado: en esta ocasión el caimán no se fue para Barranquilla. Lo sabemos porque millones de personas cantaron, alborozados, se va el caimán… Se fue con toda la pringue, mugre y escoria de familiares y allegados, todos ellos con los bolsillos llenos de oro, incienso y mirra. Hoy, menos mal, se respira mejor en Egipto.
Pues bien, analistas más sesudos e informados que un servidor se aprestarán a prestarnos toda una serie de planteamientos sobre lo que puede ocurrir a partir de ahora. Otros –los familiarmente llamados todólogos-- usarán el “copia y pega” para ilustrarnos con sus plagios y remedos. Pero está claro que ni los unos ni los otros (en su infinita sabiduría) caerán en la cuenta de lo que les voy a plantear a continuación.
Soy del parecer que las organizaciones sindicales internacionales (así confederales como federativas) deberían, de manera urgente, establecer un plan de acción solidario con el sindicalismo egipcio, esto es, organizar una potente ayuda material. Lo más seguro es que estén en ello; pero, por si las moscas, lo escribo en este blog. Y, a la vez, soy del parecer que –dentro de esa ayuda-- debería figurar, si los amigos egipcios están de acuerdo, que un grupo de profesores de Derecho del Trabajo acompañara a los profesionales de esta disciplina académica egipcios a la hora de establecer un diseño de tutelas jurídicas para los trabajadores de aquel país.

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