¿QUÉ DICE EXACTAMENTE FIDEL CASTRO SOBRE LIBIA?

Nadie como el comandante Fidel Castro para establecer una potente magia con las palabras; genio y figura hasta la sepultura, que por razones antiguas le deseo que la última le llegue lo más tarde posible. Lo cosa viene a cuento porque mi viejo compañero de luchas democráticas y ásperas discusiones de antaño, Alfred Clemente, me aclara en facebook que no voy por buen camino en mi comentario sobre el apoyo de la familia Castro a ese Gaddafi. La prueba es un artículo del comandante en Gramma, que tiene la gentileza de enviarme: http://www.granma.cubaweb.cu/secciones/ref-fidel/033.html Un servidor, de igual manera, informa al personal de la posición cubana con relación al problemón de Libia.
La primera observación es que a Alfredo Clemente le escuece lo suyo lo que está ocurriendo en Libia, porque dice textualmente: “Sin querer defender lo indefendible, tampoco es justo manipular lo opinable[aquí Alfredo pone la referencia de Granma] Esto es lo que ha escrito en Gramma el mentado comandante bajo el ttitulo de "Danza macabra de cinismo".
Sin instrumentalizar nada diré –más bien repito-- que Alfredo Clemente está que trina, como todos nosotros, contra ese Gaddafi. Pero parece no concordar con el resto de mi planteamiento; de ahí que dice algo que me ha sorprendido: “No es justo manipular lo opinable”. ¿Exactamente qué quiere decir eso? ¿Tal vez que es opinable el apoyo de los Castro a ese Gaddafi? Por favor, aclárese el asunto.
Que Fidel Castro mantiene todavía ciertos juegos de artificio lo demuestra el texto del artículo: y de la misma manera que los soviéticos y su izquierda satelizada hablaron refitoleramente de los “hechos de Hungría”, ahora el comandante habla de los “lamentables hechos de Libia”. Más todavía, en el mencionado artículo se pone de chupa de dómine a los políticos europeos que denuncian el baño de sangre con una evidente muestra de cinismo. Pero el comandante no se pronuncia contra ese baño de sangre, reducidos sólo a “lamentables hechos de Libia”.
Bueno, lo diré cariñosamente: sigue habiendo personal que tiene el alma escindida entre la repugnancia de lo que antológicamente es repugnante y la obediencia a lo que pudo haber sido y ella misma se empeñó testarudamente en no ser.
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