
Carlos Martínez, dirigente sindical de Comfía y enviado especial de “Metiendo bulla” en el Campo del Moro, nos envía la siguiente crónica. Que dice lo que viene a continuación.
Antes de nada un par de consideraciones: Sólo conozco Marraquech y no el resto de Marruecos. Sólo soy un turista o/accidental con la trampa de mi Pasaporte UE y mi tarjeta de embarque lowcost de vuelta a casa.
Pues eso, que para un descanso de inverno había previsto meses ha irme a Marraquech, descansando de mi actividad sindical en la casa patria, que pese a lo que interesadamente dicen y ¿piensan? algunos, no da para mucho descanso.
Y, mira lo que son las cosas, febrero se anima con las revueltas en el mundo árabe y desde nuestra ignorancia pensamos que, de Algeciras a Estambul todo es lo mismo (el moro de bajarse al) y que no sé yo si hacemos bien en no cancelar el viaje, que están muy animaos con lo de Túnez y Egipto, y que el 17 mira que jari en Libia y que el 20 han convocado manis en Marruecos, ¿a que nos joden las vacaciones?
Pero vamos que el 19 sábado estábamos gozando el espectáculo de la gran plaza de Yamaa el Fna, donde miles de personas forman un puzle de rostros, situaciones y olores difícilmente olvidable para aquellos que tenemos el vicio de la curiosidad. Ya tenía en mi cámara a mi encantador de serpientes, a mi bereber, mis panorámicas desde el Café de France. ¿Y la revuelta de mañana? No había carteles, no había noticias, sólo el video que había rulado por nuestros facebookes en el que de una manera reposada se repite varias veces que NOS MANIFESTAMOS CONTRA EL SOBORNO, LA CHABOLA, LA HUMILLACIÓN, LA CARESTÍA DE LA VIDA. Nada por la fantástica Riad Zitoun Jdid, nada por el boulevard.
El domingo amaneció magnífico desde la azotea de nuestro pequeño riad, con el Atlas nevado al Sur y las vistas de las casas de la medina, donde se distingue perfectamente los riad de los europeos de los magullados de los locales con su aglomeración de parabólicas, que por cierto confirman y desmienten dos cosas: Confirman que la palabra viene del cielo, pero desmienten que vengan de Alá, porque todas dan la espalda a las mezquitas.
¿Qué pasará en la ciudad? Durante toda la mañana continuamos nuestra vida de turistas del Palacio Bahía a los zocos de la ciudad. La mani era a las 12H, pero ni se oía ni se veía nada raro, ni coches de poli ni ná. ¿Ha fracasado el movimiento 20F? Descansada la siesta escuchando a Enrique Morente en el ambiente plácido del patio -qué bien suena aquí el flamenco- seguimos andando, todo abierto, todo en movimiento. Cerca de la Kotubia vimos un kiosco de periódicos con una luna rota ¿casualidad? Locales y foráneos gozábamos la tarde de domingo al Sol del Invierno. Tan bucólico momento decidimos completarlo con un paseo en calesa hasta el palmeral, para un atardecer tranquilo.
Y aquí estamos, subiditos en nuestro coche de caballos saliendo de la muralla. Primera: nada más salir nos desvían de la Avenida lo que obliga al cochero a llevarnos por los barrios más humildes de la ciudad, para vergüenza nuestra y sorpresa de sus habitantes, que nos miraban como diciendo…prefiero no pensarlo.
Llegamos a un palmeral, perfectamente prescindible, donde nos tomamos un té entre algunas familias que tomaban su harira fuera del bullicio. Vuelta, y otra vez por los barrios de la ciudad, fuera de los circuitos habituales, donde podíamos ver lo absurdo de algunas avenidas de esas que llevan de ningún sitio a ninguna parte, pero que pueden ser un sitio fantástico para ponerse a rezar. De pronto la gente se iba amontonando camino de una de las puertas norte de la ciudad. Una señora le debió decir al cochero que dónde carajo iba con semejante paquete de guiris, si había lío en la entrada de la muralla, y efectivamente, allí y desde nuestra indigna posición pudimos ver contenedores arder, piedras en el suelo y algunos gritos. Suficiente para el cochero que arreó el jamelgo para sacarnos de allí, mientras que nosotros contemplábamos como ese incidente dejaba a mucha gente pendiente de un coche que parara, de una moto en la que cupiese un tercero o un cuarto, por el extramuros de la ciudad. Alguno iba a tardar en poder llegar a su casa.
Y llegamos a puerto. Y cuando íbamos a buscar donde cenar en Yamaa el Fna, nos volvemos pensando que discute un camarero con un cliente, y de pronto una avalancha que corriendo recoge sillas y tenderetes, echa cierres, saca clientes de los cafés, mientras los móviles echan humo y las motos chinas, recorren los negocios con la ¿orden? de cerrar. Nos vamos al hotel al trote y en la fortaleza que nos cobija, nos quedamos pendientes de lo que pasa, desde la azotea se escuchan gritos de mani y se ven de lejos humos y llamas. Hasta tarde se siguieron escuchando, pero qué podíamos hacer, poner a los de casa una nota en facebook, mirar qué dicen los medios y…poco más…dormir.
A la mañana siguiente nos asomamos a ver si convenía recoger y marcharnos o no hacía falta. Y no hizo falta, la ciudad había vuelto a abrir, todo estaba otra vez en pie, l@ niñ@s con sus batas blancas camino de su cole y los cerrojos abiertos con su tienda abierta y su vendedor dispuesto. ¿Qué había pasado? Nadie responde, alborotadores, dicen si contestan, han roto un Zara y un McDonals, y han quemado un banco y cajeros en el boulevard. Ayer nos pidieron a las dos que cerráramos y luego por la tarde vinieron y entre unos y otros metieron los trastos y nos cerraron. Algo más de poli de uniforme, cientos de Anacletos agentes secretos y una normalidad de turistas que no parecían haberse enterado.
Algunos datos para darle al magín:
Salarios a un quinto de España, donde se pueda hablar de salario normalizado y algunos ejemplos de precios: Un litro de gasolina 1€, un kilo de carne picada en un supermercado 6€. Un kilo de orejones 7€. Calcule usted y recuerde lo que, educadamente, pacíficamente, contundentemente piden en el video: NOS MANIFESTAMOS CONTRA EL SOBORNO, LA CHABOLA, LA HUMILLACIÓN, LA CARESTÍA DE LA VIDA
Porque el límite de la miseria es la costa sur del mediterráneo, que siendo tan parecidos a nosotros, con nuestro Rey, nuestra corrupción, nuestro turismo, nuestras torres de iglesia, nos empeñamos interesadamente en hacernos los suecos (sin serlo) y entender que el Muro de Berlín es ahora el muro de la patera; que son así porque sí, porque estos estertores del conflicto colonial no tienen nada que ver con nosotros…tan geoestrategas de barril. Y mientras los de la maquila de los callcenter, del textil o las huertas, con sus móviles, sus motos chinas, sus twiter, su facebook y su pirámide demográfica comienzan a configurar un siglo XXI en el que ni Madrid por supuesto, ni Paris con su Sartre y su Camus les importe una mierda. Y serán manipulados y usados, corrompidos o derrotados, pero elaboraran una parte de su historia, que hasta ahora les hemos escrito nosotros. Mañana 27 de febrero de 2011 vuelve a ver convocadas manis, en esa gran democracia que dice Trini y ya ha dicho el ministro que los que revuelvan se pueden enfrentar a 10 años de talego. OLÉ.
Carlos Martínez es Concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Parapanda.
