Artur Mas, presidente de la Generalitat de Catalunya, fue a votar el otro día. Como saben nuestros amigos, conocidos y saludados este hombre lidera una coalición cuyo socio mayoritario es un partido nacionalista de derechas (con incrustaciones independistas) y un minúsculo partido teócrata-cristiano que, de forma inteligente, ha sido aprovechar las posibilidades legales dentro de la mentada coalición.
Pues bien, el otro día –cuando la tarde languidecía y renacen las sombras-- Artur Mas se embozó en su vieja capa, se encasquetó el sombrero calañés y por la puerta de atrás salió de palacio con dirección a la urna. Votó, como después nos fue comunicado, por la independencia de Catalunya en una de tantas consultas soberanistas. De vuelta a su despacho se despojó de tan castizas prendas y, ahíto de satisfacción, procedió a firmar las disposiciones que suponen recortes y dentelladas, mordiscos y desgarrones en los servicios públicos. Lo uno no quita lo otro.
Pero … días más tarde comunica urbe et orbi, aunque a través de persona interpuesta, que ni su persona ni su grupo parlamentario votarán favorablemente una resolución favorable a la independencia de Catalunya. Todo un ejemplo de nicodemismo político que recuerda la versatilidad de la rosa de Alejandría: colorá de noche y blanca de día. Este desparpajo, el de una política de fijapelo y brillantina, tiene un notable predicamento entre determinados sectores de las capas medias catalanas muy sensibles al revivamiento de viejas religiones, al hedonismo fácil del estupefaciente. En definitiva, a la acumulación de bienaventuranzas del nacionalismo identitario, hoy como ayer, proclive a la victoria en la derrota, repetida ad nauseam como quien fabrica el siguiente constructo: 1) Arturo fuma habitualmente, 2) ¿Arturo vota habitualmente?, 3) Arturo fuma habitualmente, 4) Ojalá Arturo fumase habitualmente. Un inciso, se sobreentiende que este Arturo fuma por la noche y se abstiene de día. O lo que es lo mismo, por la noche el humo del independentismo; por el día, la carnaza del camino de servidumbre hacia los intereses del gran parné. O, lo que parece como muy aproximado: de inclinar la cabeza ante los capitales que van y vienen desnacionalizadamente, mientras que se aprietan las tuercas al personal de la tierra. Que es el intríngulis de este putativo nacionalismo.
Radio Parapanda. Ciudad Nativa: EUROMANIFESTACIÓN EN BUDAPEST, HUELGA GENERAL EN GRECIA