
Con toda seguridad que mucha gente ha caído en el detalle. Pero por si las moscas (que, también, pueden ser moscones) lo traigo a colación. Es de la mayor importancia y, si no estamos al tanto, puede llevar al sindicalismo confederal a más de un dolor de cabeza. Estamos hablando, como sin duda habrá adivinado el público perspicaz, de algo más que un detalle de esta putativa reforma laboral que algún alma de cántaro ha calificado como “equilibrada”. Quien nos alerta del asunto es Antonio Baylos, quien toma la palabra y nos dice que:
“””La reforma de la negociación colectiva ha fortalecido la posición de las secciones sindicales de “grupos de trabajadores con perfil profesional específico”, cara a la posibilidad de concertar convenios-franja previa la designación electiva de los trabajadores afectados, lo que hace presente en el esquema de representación un elemento de fragmentación horizontal en cierta manera disfuncional con el sistema porque permite la expresión de intereses de categoría no solidarios y diferenciados respecto del resto de los trabajadores de la empresa que no encuentran respaldo en una unidad electoral que agrupe a estos trabajadores separadamente del resto de los empleados por la empresa”””.
Quizá por ello el presidente Zapatero y el ministro del negociado, alborozados, se abrazaron, tras la aprobación por el Parlamento, de esta deforma (sic) laboral.
