
Dos preguntas dos a quien o quienes corresponda.
Primera. Cuando sucede un atentado de magnas proporciones el primer pensamiento de algunos es que ya están los moros dándole a la bomba: es el terrorismo de esa gente. Cuando aparece el rubiales, con ojos verdes, blanco como la nieve y con el rosario en una mano y la metralleta en la otra aparece la sorpresa y, tras ella, se afirma que el sujeto está loco como una cabra. En la primera hipótesis se pide al Estado que intervenga, en la segunda es el psiquiatra quien pasa a primer plano. Pocas luces hay.
Segunda. Se sabe que los servicios secretos son eficaces en las cosas menudas: quincalla, baratijas y demás baraterías. Cuando la cosa es gorda los servicios secretos están a la Luna de Valencia. Pocas luces hay.
Apostilla. Don Lluís Casas me remite por morse estas primeras impresiones sobre la “mierda catalana”. Esperemos que las averías en el asdl del Balneario de Parapanda se resuelvan con presteza.
LA MIERDA CATALANA (AL MENOS UNA PARTE DE ELLA) SENTENCIADA
Rápido, rápido.
Simplemente les escribo con un pie en el ave del paraíso vacacional para recordarles que años ha ya di cuenta de algunos aspectos de ese feo asunto político-fiscal o económico fiscal o simplemente de robo a la colectividad que ahora ya es el caso Núñez, Huguet y compañía. Como es sabido, ese Núñez fue el principal constructor de Barcelona y sus cuatro puntos cardinales, además de presidente longevo del Barça.
Sólo hemos necesitado 10 añitos para esclarecer lo que era, en principio más que transparente, pero la justicia y el dinero que cuestan los buenos leguleyos y ciertos rábulas hacen que esas cosas entre empresarios con posibles duren lo que duran. La sorpresa es que finalmente el asunto tenga sentencia, ahora vendrán las maniobras post, pero ya nadie podrá reclamar honradez a quienes ya tienen lo que tienen: cárcel y multas de alivio.
Como soy ya veterano, espero que al final del final la cosa quede algo más apañadita para los culpables. Es fácil olvidar, perdonar y maniobrar cuando los reos son los que son. Pero, en fin, ha sido una gran alegría la sentencia, sea como sea el final del final.
Les recordaré una anécdota sobre el caso, el padre de uno de los facinerosos no pudo resistir la vergüenza filial y se suicidó. Eso en Roma no pasaba. El que se suicidaba era el culpable en beneficio del resto de la familia. Hoy, aquí es a la inversa. Toda una explicación de lo socialmente erróneo.
Hay otra lectura más fina. Echen cuentas de cuantos ex altísimos cargos de los gobiernos del President Pujol han terminado sentenciados por esto o por aquello. Ex cargos, ex abogados, ex jueces. La lista es toda una teoría política.
En fin, como el mundo del dinero y de las fechorías fiscales nunca se acaba, esperemos el paso siguiente. ¿Tal vez Millet and company? De momento, empero, afirmo jubilosamente: Es gib noch Richter in Barcelona, y no sólo en Parapanda o Berlín.
Lluís Casas, bien, francamente bien.
