En noviembre de 2010, la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (CICAA) modificó en París su plan de recuperación plurianual de la población oriental de atún rojo. Como Parte Contratante de la CICAA, la UE tiene la obligación de incorporar esas modificaciones al Derecho de la UE. El presente informe versa sobre la propuesta de la Comisión a tal fin.
Contexto
La historia de la gestión de la pesca del atún rojo es larga y complicada y, al menos hasta la fecha, no ha cosechado muchos éxitos. Aunque estas poblaciones se han pescado durante milenios, los problemas graves comenzaron en la década de los 90, cuando se introdujo la práctica consistente en introducir el atún rojo en jaulas para engordarlo para el mercado japonés. La demanda del mercado japonés se satisfizo mediante un aumento incontrolado, y fuertemente subvencionado en el caso de la UE, del tamaño de la flota de cerqueros destinados a la pesca de poblaciones mediterráneas.
El volumen de reglamentación existente pone de manifiesto la complejidad de la pesca y la necesidad de continua vigilancia por parte de la CICAA. En los 20 últimos años se han adoptado 64 medidas de gestión, 13 de las cuales todavía están vigentes. Dos de ellas revisten una importancia especial. El plan de recuperación, aprobado por primera vez en 2006 con una longitud de 14 páginas, incluidos los anexos, se modificó en 2008, 2009 y 2010; para entonces ya había llegado a las 30 páginas. También existe un sistema de documentación de capturas, aprobado en 2007 y modificado en 2008 y 2009. Este documento, con sus 18 páginas, es bastante más breve. La legislación de la UE no es menos voluminosa.
En consecuencia, la pesca del atún rojo oriental es la pesca más estrictamente reglamentada en la UE y figura probablemente entre las más reglamentadas en el mundo.
Sin embargo, el hecho de que la CICAA considere necesario adoptar medidas de gestión tan detalladas y estrictas, y reforzarlas casi anualmente, hace pensar que la CICAA tiene dificultades para seguir el ritmo de la evolución de la pesca en lo tocante a la supervisión y el control de sus actividades y la limitación de su impacto sobre las poblaciones. La mayor parte de las disposiciones que contiene la reglamentación son respuestas a la complejidad de las operaciones de introducción en jaulas y engorde, que generan numerosas lagunas en la legislación. La pesca ilegal, la superación de las cuotas nacionales, las declaraciones incorrectas y otros problemas (en el caso tanto de los Estados miembros de la UE como de otros países) alcanzaron tales dimensiones en 2008 que un grupo independiente encargado de revisar la actuación de la CICAA calificó la gestión de la pesca del atún rojo en el Atlántico oriental y el Mediterráneo de «vergüenza internacional».
La UE y sus Estados miembros desembolsan enormes sumas de dinero para intentar garantizar que se cumplen estas normas. En 2010, por ejemplo, la Agencia de Control de la Pesca y los Estados miembros desplegaron 27 buques de inspección y 11 aviones y helicópteros.
Aunque no cabe duda de que esas inversiones a gran escala en medidas de control han mejorado considerablemente el cumplimiento, al menos por lo que se refiere a la pesca por parte de la UE, persisten numerosas preocupaciones en relación con la sobrepesca histórica (por parte de la UE y otros países), la dimensión de las capturas conseguidas en la actualidad mediante la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (capturas INDNR), y el grado de cumplimiento de las otras Partes Contratantes.
Situación actual
La situación de las poblaciones de atún rojo en el Atlántico oriental y el Mediterráneo ha sido objeto de controversias durante muchos años. La evaluación detallada más reciente es la llevada a cabo por el Comité Científico de la CICAA (SCRS) en 2010 (las estadísticas se actualizaron en 2011).
En la evaluación se destacan los puntos siguientes:
las capturas disminuyeron considerablemente en 2008 y 2009 (no se dispone de datos completos para 2010, ya que algunos países no han comunicado sus capturas);
-existen indicadores del aumento del número de especímenes juveniles en algunas zonas;La propuesta de la Comisión
El plan de recuperación del atún rojo de la CICAA se ha modificado y reforzado en diversas ocasiones. Las enmiendas objeto de examen datan de noviembre de 2010 y contemplan lo siguiente:La UE no tiene opción y debe aprobar estas enmiendas, ya que han sido acordadas por una organización internacional y la UE no ha formulado ninguna objeción. Por consiguiente, el ponente las respalda plenamente, dentro de sus limitaciones.
¿Son suficientes las medidas de gestión de la CICAA?
En algunos sentidos, la pesca del atún rojo es una pesca poco corriente. Son muchos los tipos de pesca que utilizan grandes cantidades de artes, abarcan amplias zonas geográficas y se efectúan al amparo de muchos pabellones diferentes (de países desarrollados y en desarrollo, así como pabellones que no cumplen la normativa). Pero lo que distingue a la pesca del atún rojo es el precio exorbitado que se obtiene en el mercado por el pescado y el grado de concentración del mercado en un país, Japón. Ello ha llevado a que cobre importancia en la pesca la combinación de operaciones de pesca con cerco y de engorde, lo que explica muchos de los problemas pasados.
Si, por un lado, la rentabilidad de la pesca es tan elevada que estimula activamente las capturas INDNR y otras actividades ilegales, por otro, el control del mercado debería ser, en teoría, más fácil, ya que un elevado porcentaje del pescado llega a un solo país. Ello explica las exhaustivas medidas de gestión y control que prevé el plan de recuperación, así como el sistema detallado de documentación de capturas destinado a supervisar el comercio internacional.
Sin embargo, con la asistencia a las reuniones de la CICAA y el análisis de las medidas de gestión adoptadas se obtiene la impresión de que la CICAA siempre va al menos un paso por detrás en la adaptación a las actividades de pesca actuales. El sector dispone de muchos más recursos financieros para desarrollar nuevas artes y prácticas de pesca, que no tienen necesariamente un menor impacto, para desarrollar formas de evitar las medidas de control y para encontrar nuevas maneras de embarcar atún al margen del ámbito de los procedimientos de seguimiento, control y vigilancia, extremadamente complejos, existentes. En muchos casos, los miembros de la CICAA simplemente no disponen de los recursos (económicos, administrativos o tecnológicos) necesarios para controlar la pesca. En muchos casos, también carecen de voluntad política. Todo ello se traduce en las enmiendas anuales al plan de recuperación y al sistema de documentación de capturas.
Además, como ya se ha indicado, el plan de recuperación de la CICAA es menos ambicioso que la legislación interna de la UE.
Como consecuencia de todo lo anterior, el ponente observa que es hora de que la CICAA cambie por fin su enfoque y trate de anticiparse, en lugar de estar siempre intentando seguir el ritmo. La Comisión ha intentado a menudo alentar a la CICAA para que avance más y más rápido, pero con poco éxito. Ha llegado el momento de que la UE adopte rigurosas medidas de precaución, tal como exige el Acuerdo de las Naciones Unidas sobre Poblaciones de Peces, en vez de dejarse frenar siempre por la CICAA.
Hay dos medidas que la UE podría adoptar inmediatamente.
En la revisión de 2008 del plan de recuperación del atún rojo se pedía al SCRS que determinara cuáles eran las principales zonas de desove del atún rojo en el Mediterráneo con objeto de crear refugios. En 2010, el SCRS definió las seis zonas siguientes:
1) Algunas partes de estas seis zonas están dentro de las aguas jurisdiccionales de la UE, mientras que otras partes están en aguas internacionales. Nada impide a la UE declarar que esas zonas son vedas, o refugios, para el atún rojo y cerrarlas a la pesca durante la época de desove. Esta medida también sería coherente con la legislación de la UE en materia de medio ambiente (MSFD, Natura 2000, etc.), y con tan solo una iniciativa valiente la UE podría contribuir considerablemente a la conservación del atún rojo e incrementar espectacularmente la probabilidad de recuperación de la población. Una declaración unilateral de la UE de veda por desove se aplicaría a los buques con pabellón de la UE en las seis zonas y a los buques con pabellón de terceros países únicamente en las aguas jurisdiccionales de la UE (zonas 1, 2 y 3). El hecho de que la UE tenga tan solo el 56 % del TAC de atún rojo minimizaría la tentación de salir del registro de la UE para pescar en esas aguas.[1] Mind the Gap, an Analysis of the Mediterranean Bluefin Trade, disponible en http://www.pewenvironment.org/news-room/other-resources/mind-the-gap-an-analysis-of-the-mediterranean-bluefin-trade-85899364820
[2] SCRS/2011/158.