Nota editorial. Este es el adelanto o primicia del próximo libro sobre el sindicalismo en la transición política española. Se trata de la introducción que hizo el profesor Javier Tébar, doctor en Historia Contemporánea.
Javier Tébar Hurtado
Los días 15 y 16 de abril de 2009, Carles Navales nos recibió en su casa, una antigua rectoría del pueblecito de Colomers, en Girona. A todos nos pareció aquel un lugar ideal para reunirnos unas horas y conversar sobre algunos de los episodios del pasado protagonizados por el sindicalismo durante los años de lo que ha venido en denominarse “transición” política de la dictadura a la democracia en España.
Sin embargo, a aquellos que esperen tropezar en esta publicación con una especie de “historia” -en el sentido de interpretación historiográfica- del sindicalismo durante aquellos años, se les debe advertir de buen principio que no la encontrarán. Este no es su propósito. Lo que sí podrán encontrar es un conjunto de materiales que puedan estimular precisamente para llevar a cabo esa interpretación histórica o bien para contribuir con nuevos materiales de cara a que algún especialista pueda realizarla. En definitiva, lo que quiero decir es aquí se presentan unas fuentes para la historia, un conjunto de testimonios para su análisis, y seguramente también alguien encontrará un buen puñado de pistas de cara a la investigación. Decir lo contrario sería deshonesto, pero además impediría criticar ese volumen considerable de entrevistas a personajes o a grupos que habitualmente han venido publicándose y presentándose como la “historia” de este o aquel asunto relacionado con el trabajo, la clase trabajadora y el movimiento sindical. Algo que, por supuesto, no compartimos, si no que animamos a combatir. De lo contrario –y a pesar de la buena fe que supuestamente se pone en algunos de estos casos, asegurándonos que esta es una manera de defender la “memoria”- contribuiremos a decir que un “testimonio” trascrito es sí mismo es la “historia”, olvidándonos, como desde hace décadas vienen haciendo los antropólogos, que esos argumentos ofrecidos por los protagonistas no explican, si no que deben ser interpretados y explicados por el historiador.
Tal vez que esto sea así lo puede explicar, en parte, que el mismo género de la conversación o de las conversaciones no haya sido muy valorado entre nosotros -en términos generales y en comparación con otros países como Italia o incluso Francia- de cara a reunir un conjunto de materiales para los posteriores trabajos históricos. Y, a pesar de ello, en nuestro caso existe un referente de sobras conocido por los especialistas dedicados a las cuestiones del movimiento obrero durante el “tardofranquismo”, me refiero al debate organizado allá por el año 1978 por el “Centre de Treball i Documentació”, poco después de iniciar su andadura, reuniendo a algunos de los militantes obreros que habían participado en la creación durante los años sesenta de las Comisiones Obreras y en la definitiva reconstrucción de la resistencia obrera antifranquista. Ofreciendo, con aquella publicación, un discurso colectivo, con discrepancias, pero colectivo sobre aquellos años.
El propósito de nuestra reunión en Colomers no era otro que establecer a tres bandas un relato dialógico. A mí se me encargó ordenar más o menos las palabras y guiar, en la medida de lo posible, el hilo de cuantos reflexiones plantearan allí algunos de los protagonistas de la historia más reciente del sindicalismo confederal. Se trataba de hacerlo con los tres protagonistas que habían aceptado la propuesta de recordar, reflexionar y discutir sobre el asunto, es decir, con Isidor Boix Lluch, Carles Navales Turmos y José Luis López Bulla, todos ellos dirigentes obreros antifranquistas durante los años setenta, particularmente a partir de su vinculación con las Comisiones Obreras nacidas durante la dictadura, y con un posterior y larga trayectorias profesionales tanto en el mundo sindical como en el periodístico, como era el caso del desaparecido Carles Navales. Se planteó que la conversación, inicialmente, se focalizara en torno a la cuestión de la “transición sindical” y de los procesos que afectaron a la solución que finalmente se encontró en el terreno del sindicalismo durante aquellos años del cambio político en un sentido democrático en nuestro país.
El lector tendrá la sorpresa de encontrarse con reflexiones y con afirmaciones que habitualmente no son realizadas por los protagonistas respecto a sus propias experiencias públicas. Por lo general, lo que suele predominar es la contención, incluso la reconstrucción mitigada, con el fin de reducir la acrimonia sobre personajes o acontecimientos, o incluso la argumentación autojustificativa… O, por lo menos, así parece desprenderse de la lectura de las numerosas entrevistas y memorias publicadas de gentes de “derecha” y de “izquierda” con mayor o menor protagonismo en aquellos años de las que los historiadores hoy disponen. Quiero decir, que en estas “Conversaciones de Colomers”, el lector se encontrará con algunas afirmaciones que, sin ser irreverentes hacia la historia pasada, sí contienen elementos de fuerte crítica y de autorreflexión sobre el papel de cada uno de los personajes que desfilan por este relato, pero también de uno mismo, en un proceso complejo como es la transición de un régimen dictatorial a un sistema parlamentario democrático.
Una de la cuestiones centrales que son abordadas son la relación entre el PCE y el PSUC y las Comisiones Obreras, el símbolo y significado de la “huelga general” como instrumento para conseguir la “ruptura democrática”, la polémica comunista sobre el sindicato unitario y los debates en torno a la “unidad sindical” y la “libertad sindical” que se produjeron durante aquellos años. También, aunque aquí lo mencione sumariamente, se ofrecen interpretaciones sobre el mundo del trabajo y la sociología de la clase trabajadora, de su evolución, de las formas de auto-organización y el carácter de las reivindicaciones que fueron planteadas en los grandes movimientos de protesta de los años setenta… En definitiva, se hace, a modo de inventario, un repaso a las principales características, desde el punto de vista de los conversadores reunidos aquí, del sindicalismo como movimiento y fuerza social clave durante los años de transición política.
Este género de conversaciones en torno a cuestión más o menos definida nos parecía que podía ser útil de cara a facilitar no solamente una reflexión sobre el ayer, una forma de re-visitación de ese pasado, sino también de cara a repensar la evolución del sindicalismo en su conjunto. De manera, que el planteamiento hiciera posible o, cuando menos, estimulara la reflexión sobre las raíces históricas de determinados fenómenos y procesos actuales que afectan tanto al mundo del trabajo, al valor social del trabajo como a las formas de hacer sindicalismo, de representación y de negociación en un mundo en el que las grandes transformaciones ya están asociadas al proceso de la “globalización”.
CONVERSACIONES DE COLOMERS
Carles Navales Turmos (CN). En primer lugar, és dia 15 d’abril del 2009, són les quatre de la tarda a Colomers…
Javier Tébar Hurtado (JT). La propuesta del tema sobre el que discutir y reflexionar esta tarde tiene relación con el debate sindical y político que pudo producirse -aunque probablemente fue un debate inconcluso, por decirlo de alguna manera- en torno a los años de la transición política y el final del franquismo; el inicio de la transición política de la dictadura a la democracia en España. En este proceso histórico, los dos sujetos protagonistas, junto con otros, fundamentalmente fueron el Partido Comunista, el PSU de Catalunya y el movimiento obrero, un movimiento identificado durante aquellos de manera fundamental con las Comisiones Obreras. El debate al que me refiero, tuvo estos protagonistas como principales agentes, es decir, partido y movimiento obrero, o si se quiere partido y “sindicato”… En torno a la discusión que tendrá lugar entonces sobre la lucha por las libertades, el cambio político en el país, las formas de organización y de cómo hacer frente a una serie de problemas, aunque cada uno de vosotros, después, pueda hablar del periodo que va más allá o extenderse hacia atrás o hacia adelante en el tiempo. Pero para comenzar, fijemos un espacio temporal, digamos, el periodo entre el año 1973 y el año 1977, más o menos, cerrando el proceso que rememoraréis con la firma de los Pactos de
Empezaríamos, pues, con una primera ronda de intervenciones de todos vosotros: qué recordáis, qué explicación personal ofrecéis sobre esta cuestión durante aquellos años. Es obvio, como bien se sabe, que el recuerdo es una interpretación de los “hechos” y no es una “realidad”… La memoria no funciona como si fuera una grabación de los acontecimientos, si no como una reconstrucción de ellos… Lo que os pido es un esfuerzo en el sentido de rememorar vuestra propia experiencia, más que una pretendida interpretación supuestamente histórica o política e ideológica sobre los acontecimientos que vivisteis y de los que fuisteis protagonistas. A partir de aquí, después, os puedo proponer reflexiones en torno a temas más concretos… Si os parece bien empieza Isidor…