No sé dónde he leído que los sindicatos van a llevarla putativa reforma laboral al Tribunal Constitucional. Lo diré sin perifollos:me parece desacertado. No es que sea una pérdida de tiempo; es algo peor.
Digamos las cosas con claridad. Supongamos que lossindicatos –un partido político, o quien sea— ponen el asunto en manos del TC,las necesarias movilizaciones que son necesarias llevar a cabo, dentro y fuerade los centros de trabajo, se entenderían como una presión injustificable alTribunal. No digo que no haya que presionar al TC digo que éste y la presiónmediática lo vería de esa manera. Lo que podría provocar una ciertadesmovilización. Por otra parte, ¿alguien puede asegurar que los magistradosiban a darnos la razón? Me refiero a los actuales magistrados, pero también alos que están in pectore. Por otraparte, si dicho tribunal da la razón al gobierno, ¿se atreverán los sindicatosa no acatar la decisión? Todos sabemos que no.
Otra cosa diferente sería que algunos aspectosconcretos de la reforma laboral fueran recurridos. Pero ello debería estudiarsedetenidamente con exquisito rigor jurídico. En todo caso, recuerden que HansKelsen dijo que la justicia era “irracional y emotiva”. Lo que indicaría que elTribunal Constitucional actuaría irracional y emocionalmente.
En los centros de trabajo y en la calle está sulugar.
