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José Luis López Bulla TRAS LA HUELGA GENERAL
José Luis López Bulla

Hoy cumple años el maestro Pietro Ingrao


Primero. El inconveniente que tiene la campaña mediáticacontra el importante seguimiento de la huelga general está, entre otras cosas,en el uso de masas de los chirimbolos móviles que cada cual utiliza para dejarconstancia de que estuvo allí; en losmensajes fotográficos que envía a sus amigos, conocidos y saludados; en lalectura de la prensa extranjera a través de facebook, twuiter y el conjunto delas redes; y en una sabia lectura de lo que dicen los diarios más templados denuestro país. Por cierto, vale la pena tomar nota de una novedad de esta huelgaque ha sido comentada por nuestros periódicos: a medida que avanzaba el día, lahuelga se extendía más e incrementaba la participación de la gente; lo que noocurría desde el 14 de diciembre famoso de 1988. Es decir, al igual queaquellas lenguas de doble filo, las nuevas tecnologías también son de doblefilo.

Así las cosas, el gobierno sólotiene ahora un recurso para deslucir el acontecimiento oceánico de la huelgageneral: pasear ad nauseam los videos de los desmanes que grupos, perfectamentecontrolados por las fuerzas policiales, hicieron en algunas ciudades españolas.Me refiero naturalmente a esos corpúsculos que, como Elhombre que fue Jueves del novelista inglés Chesterton, comparten mesa,mantel y peculio con las sentinas del Estado.  Pero ese recurso empezó a desgastarse en laprimera ocasión en que se puso en práctica, y acabó totalmente desenmascarado conla tétrica figura del Cojo Mantecas.

Segundo. Muchas son lasreflexiones que, a partir de ahora, debe publicitar el sindicalismo confederal.Una de ellas –en el lugar que le corresponda en la agenda de la gestión de lahuelga— podría ser ésta: ¿cómo transformar el gigantesco movimientoparticipativo, dentro y fuera de los centros de trabajo, en adhesión estable,en afiliación al sindicalismo confederal? Concretamente, ¿cómo hay quetrasladar la representatividadpuntual en representación directa? Porquesi con los niveles de afiliación se han movilizado millones de personas contrala reforma, ¿cómo no considerar lo que hubiera sido si los niveles de adhesiónfueran establemente más elevados?  

Así las cosas, tengo para míque es inaplazable iniciar el debate (iniciar es ponerse a hablar del asunto,no decidir a palo seco) acerca de cómo hacer que el sindicato en tanto quesindicato sea el sujeto principal enel centro de trabajo, vale decir el que tenga los más importantes poderes denegociación. También (y especialmente) por el insoslayable vínculo entre todaslas políticas de negociación en el centro de trabajo con el Estado de bienestar,ese conjunto de bienes democráticos que el neoliberalismo de Estado quieredemoler. Se trata de un vínculo que los comités de empresa no pueden establecerpor la propia naturaleza de éstos.

En resumidas cuentas, la importancia de esta huelgay, sobre todo, el nuevo periodo que se abre precisa –además de los desafíos queplanea la contrarreforma laboral y las políticas de ajuste caballuno— algo así comouna reconsideración de los instrumentos de la acción colectiva del sindicalismoespañol. Porque entiendo que no son temas separados sino dos variables delmismo polinomio.  

Radio Parapanda LA HUELGA GENERAL HA SIDO UN ÉXITO COMPLETO


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