Agustín Moreno ha escrito LA HUELGA ESTATAL DE LA ENSEÑANZA DEL 22 DE MAYOen la conocida bitácora, de estirpe parapandesa, Ciudad nativa. Nos cuenta detalladamente los objetivos de la huelga que, a estas horas de la noche, podemos decir que ha sido la más importante que se ha hecho en el universo de la enseñanza. Acompañada, además, de importantes manifestaciones. El mensaje que se lanzará a la opinión pública desde las covachuelas del poder minusvalorando esta acción colectiva chocará de bruces con lo que realmente ha sucedido.

No cabe duda que esta movilización ha tenido un fuerte contenido “de resistencia” contra los recortes y los intentos de privatización de tan importantes espacios del Estado de bienestar. Entiéndase, de resistencia de masas a estas políticas del más rancio y tronado neoliberalismo. Ahora bien, junto a ello hay algo de no menor importancia: la apuesta firme por la enseñanza pública y de calidad.

Es cierto que no es la primera vez que las enseñanzas se movilizan por tal objetivo. Pero, insistimos, jamás se había dilatado tanto el diapasón de las movilizaciones. Y, hasta donde yo recuerdo, nunca se había establecido el vínculo con tanta fuerza entre la defensa de los intereses materiales del profesorado con la calidad de la enseñanza. Y, todavía más, tampoco había aparecido de una manera tan robusta como ahora el nexo entre la enseñanza pública de hoy con la que queremos dejar para los que nos sigan: nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. Una huelga, pues, de sentido.

Esta acción colectiva –como las anteriores en este sector--  tiene una característica de primer orden: se escapa del tradicional conflicto distributivo. Como las anteriores, decimos, pero con una masividad jamás vista. Lo he percibido en primera persona cuando esta mañana, comprando en la panadería, he visto a un grupo de madres acompañando a las criaturas, hablando de la huelga y, a su modo, de los motivos. Como si hubieran leído lo que ha escrito Agustín Moreno.