LA MALAFOYÁ DE JOAN COSCUBIELA

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Las comparecencias de algunos personajes –muy en especial la de Rodrigo Rato por el escándalo de Bankia— en la comisión parlamentaria han sido la crónica de una farsa anunciada. No podía se de otra manera: la mancha de la mora de Rato tenía que quitarse con otra verde que también acudió allá, pongamos que hablo de Narcis Serra. Comoquiera que CiU no está para tirar cohetes tras el enésimo (y reciente) business de Oriol Pujol Ferrusola, el representante de este grupo parlamentario, en ocasiones experto en negocios poco académicos, se dedicó comentar algo parecido a que la suma de los cuadrados de los catetos es igual al cuadrado de la hipotenusa, algo que, sin duda alguna, tiene una trascendencia política de la mayor significación. En todo caso, tras esta sesión algo viejo se consolida: el descrédito de la actividad del parlamento. Senatores boni viri, Senatus mala bestia?Lo primero en su inmensa mayoría no es verdad, lo segundo empieza a aproximarse desgraciadamente.

Ahora bien, si se consolida lo viejo en esta comparecencia, algo nuevo ha sucedido: la conexión en tiempo real entre Joan Coscubiela y los twiteros. Así las cosas, el diputado de la Izquierda Plural.Abro un paréntesis: disculpen si recuerdo la etimología de la palabra diputado, que viene del latín, concretamente del verbo deputare, o sea representar; aunque curiosamente, podría tener una cierta relación con otro deputare (también latino) que significa “quitar las ramas para verlo todo claro”. Lo que también es válido en el caso de Joan Coscubiela. Cierro paréntesis.

Joan Coscubiela nació en la barriada de la Barceloneta. Pocabroma con esas gentes. Pero podía haber nacido en Santa Fe (capital de la Vega de Granada) a tenor de la retranca que se gasta, o sea –en términos santaferinos-- de la malafoyá con la que atiza. Por ejemplo, cuando vino a decir, más o menos: "Ustedes, los comparecientes, afirman que lo han hecho todo bien, ¿entonces cómo se ha llegado a esa situación tan catastrófica?" Aviso a los santaferinos: la hegemonía de vuestra retranca (malafoyá) está amenazada; un diputado de la Barceloneta os la está disputando.

Aclarado, pues: tener malafoyá es, santaferinamente hablando –como hemos aclarado en otras ocasiones-- en tener una retranca muy cercana al sarcasmo. Vigile, pues, don Rafael Rodríguez Alconchel: su primacía en el uso de la malafoyá tiene un competidor.