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José Luis López Bulla LA DOBLE MORAL DEL ARZOBISPO DE BARCELONA
José Luis López Bulla



Dos personalidades de alta significación institucional han lanzado en estos días dos mensajes del más añejo sabor reaccionario: un congresista norteamericano y el arzobispo de Barcelona. El primero ha hablado de “violaciones legítimas”, algo similar han dicho algunos purpurados españoles; el mitrado ha declarado, con relación al robo de niños de hace no tantos años en España –en el que estaban implicados algunos estamentos eclesiásticos— que   “a la hora de juzgar algo así, hay que situarse en aquel momento, con criterios de aquel tiempo”.  Dos afirmaciones penosas, dicho con una amabilidad que no merecen ninguno de los dos.

 

Algún despistado podría decir que tanto el político como el alto funcionario eclesiástico se ponen la bata del relativismo para justificar lo que no se puede. No, no es relativismo. Es doble moral, hermana siamesa de la doble contabilidad. De momento al norteamericano le han llovido las críticas. Hasta donde yo sé al mitrado nadie le ha dicho ni oxte ni moxte. Nadie al margen de las redes sociales, quiero decir. Y es que, en España, levantarle la voz a los jerarcas de la santa madre iglesia sigue teniendo algunas dificultades.

 

¿Qué quiere decir exactamente “juzgar con criterios de aquellos tiempos”? De momento es un elegante cantinfleo.   Y, a continuación, es la lapidación de todo juicio crítico, sólidamente fundamentado, de la historia de los poderosos entre los que se encontraba el corporativo árbol genealógico del mitrado barcelonés. Por ejemplo, es obvio que los criterios dominantes de la Iglesia eran la justificación de las prácticas (he dicho las prácticas) del esclavismo frente (y contra) las acusaciones del padre Bartolomé de Las Casas. Y sin ir más lejos: la connivencia de la jerarquía de la iglesia católica alemana con el nazismo podría justificarse en la dogmática del arzobispo barcelonés en base a los “criterios de la época”.  ¿Con criterios de la época? Vamos, vamos, arzobispo. ¿Ha olvidado usted el Antiguo Testamento: "No robarás" (Ex 20, 15; Dt 5,19) y el Nuevo Testamento: "No robarás" (Mt 19, 18)?  No robarás, ¿estamos?  Un mandamiento que incluye a la Bancay a la iglesia.

 

Por lo demás, arzobispo, tal vez usted ha creado una coartada para el presente: no juzgar el robo de nuestros tiempos, porque se corresponde con los criterios (neoliberales) de hoy día. Del político norteamericano hablaremos cuando pasen las calores.

 

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