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José Luis López Bulla RENTAS DE LOS PADRES Y OPORTUNIDADES DE LOS HIJOS
José Luis López Bulla

Michele Raitano*

La medida más utilizada por los economistas para cuantificar la asociación de las rentas de padres a hijos es el «coeficiente de elasticidad intergeneracional de las rentas» que indica en cuánto aumenta la renta del hijo al incrementarse un punto porcentual la renta del padre.

Sobre la base de ese indicador es posible diseñar un ranking de los países OCSE en términos de transmisión intergeneracional de las desigualdades de rentas. Los países nórdicos y Canadá se caracterizan por un grado de fluidez social relativamente mayor, mientras los Estados Unidos (contrariamente a la visión libresca de la “tierra de las oportunidades”), Suiza, Reino Unido e Italia son (y de mucho) los países con mayor persistencia intergeneracional de las desigualdades salariales.  

Sin embargo, los modelos teóricos y los análisis empíricos investigan la persistencia intergeneracional sin distinguir los efectos que el background familiar puede ejercer en las diversas fases de la vida individual, particularmente en la fase formativa (el efecto “indirecto”) y –en igualdad de formación— en la laboral (efecto “directo”). Distinguir estos dos efectos puede, no obstante, ayudarnos a comprender porqué los países difieren tanto en términos de desigualdad intergeneracional: un bajo β  (coeficiente de elasticidad intergeneracional, n. del t.) puede, por ejemplo, depender tanto de una débil influencia del background en toda la fase de la vida como de la ausencia del impacto de un conjunto específico.  Desde esta perspectiva se evidencia que en todos los países occidentales los niveles de enseñanza, alcanzados por los hijos, están afectados  significativamente, en medida no desigual, por las características de la familia de procedencia. El ránking de los β  no parece atribuible a una diferente capacidad de los países para mitigar el efecto de los orígenes familiares en la titulación de los estudios de los hijos.  Las principales diferencias podrían surgir con relación al funcionamiento del mercado laboral, a las características individuales remuneradas por el dador de trabajo y a los mecanismos que regulan el acceso y las sucesivas dinámicas de carrera.  

Utilizando como proxy  de las características familiares, el más elevado grupo ocupacional del padre o de la madre (comparando los hijos de los dirigentes y empleados con los de los obreros) se puede estimar si las rentas anuales del trabajo están asociados al background, con paridad de formación y otras características “observables de los hijos” (edad, género, experiencia laboral). En otros términos, se estima si –en paridad del resultado alcanzado en el estudio precedente, las rentas del trabajo están conectadas al backgroundfamiliar y contribuyen, así, a ampliar la transmisión intergeneracional de las desigualdades que se manifiestan en el itinerario formativo.  Este trabajo se refiere a ocho países representativos de los diversos modelos sociales y diferentes  niveles de desigualdad corriente e intergeneracional: España, Finlandia, Dinamarca, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido e Irlanda. Y ha sido posible por la difusión de los micro-datos de la investigación EuSilc   (European Union Survey on Income and Living Conditions) del 2005.  

Contrariamente a lo que se observa paa los niveles de formación, emergen diferencias amplias y significativas entre países cuando se estima la asociación entre rentas del trabajo de los hijos y empleo de los padres en paridad de titulación de estudios de los hijos.  En ese sentido se revela que, mientras en los países nórdicos la asociación entre background y retribuciones no es estadísticamente significativa, en Irlanda y Alemania, con respecto a los hijos de los obreros, sólo los hijos de los ejecutivos gozan de una ventaja, mientras (siempre en igualdad de instrucción), en España, Francia, Italia y Reino Unido (países caracterizados por el  β  más elevado) las retribuciones de los hijos aumentan con el nivel de empleo. En Italia, por ejemplo, respecto a los hijos de los obreros, los hijos de los ejecutivos y de los empleados reciben como promedio un “premio” salarial igual respectivamente, en el 18,1 % y en el 8,6 por ciento.

Todavía más relevante es observar que, incluso en igualdad de macro-grupo ocupacional de los hijos (ejecutivos, empleados y obreros), el premio de background se mantiene estable y significativo en España, Italia y Reino Unido, mientras que en Irlanda lo es sólo para los hijos de los ejecutivos. Además, estudios posteriores señalan que en el Reino Unido dicho premio está ligado principalmente a la existencia de un “techo de cristal” que impide a quien proviene de contextos familiares menos ventajosos alcanzar las primeras posiciones, mientras que en Italia  ello está asociado a la existencia de un “paracaídas” que permite a los hijos de los ejecutivos, que no alcancen el nivel de empleo de sus padres, mantener una ventaja retributiva comparada con quienes alcanzan el mismo grupo ocupaciones y provienen de un origen menos ventajoso. 

La relación estimada entre empleo de los padres y rentas del trabajo de los hijos difiere ampliamente entre países y los resultados alcanzados son coherentes con la clasificación de los países en función de la desigualdad intergeneracional y con la pertenencia a diversos regímenes de welfare. Parecería, entonces, que en estos niveles de β  tan diferenciados contribuyen sobre todo los efectos “directos” del backgroundfamiliar o los no mediados por los niveles de instrucción formal. 

Los datos que tenemos no permiten identificar las fuentes de la correlación entre background y salarios en igualdad de instrucción.  Sintetizando cuanto se ha dicho hasta ahora, podemos imaginar por lo menos cinco mecanismos diferentes que, actuando mediante canales económicos, culturales y sociales, podrían determinar: a) quien proviene de un background mejor recibe una enseñanza de mejor “calidad” (percibida como tal) y, en consecuencia, mayores retribuciones (en tal caso, el efecto “directo” sería en realidad un efecto “indirecto”, que está medidado por la calidad de la instrucción; b) el origen familiar podría incidir, en paridad de títulación, sobre algunas características individuales, en primer lugar el estado de salud y las soft skills; c) quien tiene mayor renta –o mejores relaciones sociales--  tiene mayor facilidades para emprender (o proseguir) actividades autónomas y profesionales bien remuneradas; d)  quien tiene mayores dificultades económicas incurre en un mayor coste de oportunidades en la búsqueda de la mejor oportunidad laboral; ello induce a los menos favorecidos a buscar menos, contentándose pronto con el trabajo obtenido, sin esperar el que mejor satisface sus aspiraciones u ofrece mejores perspectivas a largo plazo; e) la pertenencia a social networks  menos aventajados impide acceder a los trabajos más remunerados.  

Por otra parte, distinguir en qué medida el efecto “directo” del background familiar pueda estar relacionado a cada uno de estos mecanismos es algo muy relevante en el perfil de la policy. De hecho, mientras es difícil a medio plazo alterar los mecanismos de transmisión de las soft skills,  se puede intentar intervenir, con varios instrumentos, sobre los otros cuatro aspectos. Por ejemplo, aumentar la competencia en el mercado de bienes o de las profesiones, o favorecer la creación de una estructura productiva más innovadora podría atenuar el papel de los mecanismos de asunción  basados en el conocimiento y relaciones informales. Por el contrario, reforzar las intervenciones de apoyo a las rentas en las fases de desempleo –o introducir formas de salario mínimo para quien apenas ha acabado el itinerario de formación--  puede tener efectos positivos en la calidad de los trabajos encontrados especialmente para quien proviene de familias menos favorecidas, las que tienen mayor dificultad para mantenerse en la fase de búsqueda de trabajo.  Estar choosy en la elección del primer empleo en lugar de aceptar un primer empleo “inferior”, que puede condicionar después negativamente el sucesivo desarrollo de la carrera, puede ser una opción racional a la espera de mejores oportunidades. Sin embargo, el verdadero problema sobre el que se debería incidir es que –como tantos otros— también tales posibilidades de opción no se conceden a todos.    

 

* Michele Raitano es investigador de Política económica de la Universidad de Roma "La Sapienza".

 

Traducción de JLLB. Referencia:  http://www.sbilanciamoci.info/

 

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