Llamazares promueve una candidatura al Parlamento Europeo con Baltasar Garzón y Ada Colaudonde también tendría cabida Almudena Grandes. Es una noticia del solvente digital Vozpopuli. Yendo al grano: me parece una propuesta excelente. Si eso cuajara mi voto iría a esa candidatura, y –más todavía-- no me importaría apuntarme a echarles una mano en todo lo que fuera menester. No me cabe la menor duda de que estaría acompañando a un numeroso grupo de simpatizantes (tanto de la izquierda aflorada como de la submergida) empeñado en conseguir la más alta representación posible. Por otra parte, presumo que centenares de miles de personas, incluso de los movimientos sociales que tienen sobradas razones para estar escaldados, gritarían desparpajadamente «estos sí nos representan».
Entiendo las resistencias que esta propuesta puede tener en Izquierda Unida: esta candidatura rompe los tradicionales moldes orgánicos, y todo lo que rompe suscita prevenciones, suspicacias y dolores de barriga. Pero, por otra parte, este rompimiento es el que le da, a mi juicio, un mayor atractivo porque se escapa de la autoreferencialidad a la hora de hacer las listas electorales. Más todavía, este «trio» tiene una característica poco común: Garzón, Colau y Almudena Grandes son unas personalidades queridas y respetadas. Y la buena fama les precede.
Alguien con buen juicio pedirá a los responsables de IU que sean generosos, un servidor les sugiere lucidez política. Posiblemente seguiremos insistiendo en otra ocasión.