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José Luis López Bulla HACIA UN CONGRESO SINDICAL CONSTITUYENTE
José Luis López Bulla

Nota Editorial.--  La idea que propuso Isidor Boix –ir hacia un Congreso sindical constituyente como proceso para conformar la unidad sindical orgánica--  ha motivado esta conversación. De entrada publicamos, de momento, una primera entrega para despertar la curiosidad. En breves días publicaremos el texto íntegro de la conversación. Tanto Isidor como López Bulla hicieron un alto en la charla para celebrar, alborozados, los resultados electorales de nuestras  amistades griegas     

 

Debate sindical*

 

 

José Luis López Bulla.-- Querido Isidor, en tu primera intervención en el debate que nos traemos entre manos, Un interesante foro para el debate sindical, una invitación a la más amplia participación, planteas   «una posible iniciativa para “reinventar” el sindicato: un  proceso sindical constituyente con voluntad unitaria». Convendrás conmigo que son palabras mayores. Como sabes, la cuestión unitaria en el terreno sindical me interesa enormemente. Sobre ese particular he escrito mucho desde hace cinco o seis años. Debo reconocer que muy pocos son los que se han interesado. Las respuestas más amables que he recibido han sido: «Vale, de acuerdo, pero ahora no se dan las condiciones». Que es lo mismo –o casi lo mismo--  que decir: «Oye, déjanos en paz». Sin embargo, me cabe la sospecha que, un día u otro, ese tema acabará poniéndose en la agenda sindical. Y temo que se ponga de la peor manera posible: atropellada y administrativamente.

 

Me interesa mucho la formulación de «proceso sindical constituyente», porque expresa un camino, un itinerario gradual; y, al mismo tiempo, podría ser un antídoto que corrija hacer las cosas de sopetón. Y exclusivamente por arriba.  Te pregunto, viejo amigo, por qué precisamente ahora relanzas esa cuestión que, en otros tiempos, formulaste de manera tan tesonera como concienzuda.

 

Isidor Boix.--   Me permitirás empezar saludando de nuevo tu contribución al debate de ideas sobre sindicalismo. Un debate del que quizás lo más importante no sea tanto lo que algunos escribimos sino el eco que pueda tener, la reflexión que pueda provocar, sobre todo en los que aún no escriben, pero que  siguen “metiendo bulla”, creo, con notable fidelidad.


Tienes razón en tu referencia a “otros tiempos” en lo que respecta a planteamientos sobre un proceso “constituyente sindical”. Fue en nuestra transición, que entiendo comenzó ya antes de la muerte del dictador, en la abierta descomposición del franquismo. Pero quiero empezar subrayando que existe en mi opinión una notable diferencia. Entonces se trataba de encauzar el gran dinamismo del movimiento de masas que protagonizaba la clase trabajadora en una permanente síntesis entre las reivindicaciones laborales inmediatas y la batalla por las libertades políticas como fundamental instrumento también para su conquista y desarrollo. Encauzar ese dinamismo creando el sindicato o los sindicatos. No sé si era un espejismo, pero algunos pensamos que era posible, aunque finalmente no lo fue, construir la unidad sindical a partir de esa importante movilización social.


Hoy entiendo que el proceso constituyente (no para la elaboración de una “constitución”, sino para “constituir” una organización) podría, debería, suponer la superación de las inercias de los actuales sindicatos. El punto de partida necesariamente han de ser las evidentes dificultades del sindicalismo español (y, en él, del catalán, aunque algunos parecen olvidarlo), del europeo y del global, para encontrar una propuesta eficaz tanto en la crisis como para salir de la misma. Y, al mismo tiempo, una vía para romper la también evidente desconfianza de la ciudadanía hacia las instituciones, en cuyo marco se desarrolla la de la clase trabajadora hacia el sindicalismo organizado.


Esta crisis y esta desconfianza han dado lugar a una muy amplia, y positiva, exigencia de “democracia” como expresión de una extendida voluntad de participar, de que se oigan las voces, las opiniones, las individuales y las colectivas, aunque a veces ello se traduzca en una notable confusión de propuestas, eslóganes e iniciativas.


Es en este contexto en el que creo que los tradicionales mecanismos congresuales (de elaboración de las tesis y de elección de las delegaciones en un proceso escalonado) no pueden ser el cauce adecuado para que se expresen estas “mareas” de fondo. Y como creo que el sindicalismo, con  éste u otro nombre, no puede morir en las actuales relaciones sociales, definidas por lo que el clásico denominaba la “venta de la fuerza del trabajo”, sigo pensando que los intereses colectivos (que existen a pesar de la heterogeneidad de los individuales) de la clase trabajadora precisan para su conquista de formas organizadas de expresión y de exigencia.


Esta necesidad genera las raíces del sindicalismo organizado y por ello las posibilidades hoy de desarrollar un proceso constituyente sindical. Sólo que para su materialización sería necesario su impulso por parte de una vanguardia que lo asuma con suficiente iniciativa y valentía, que lidere una especie de “revolución cultural” interna de modo que, sin renunciar a nuestra historia, los afiliados no sólo sean protagonistas formalmente, sino que se sientan efectivamente como tales.


En todo caso, se trata por mi parte de una cierta intuición que esta conversación que iniciamos espero me ayude a clarificar.

 

 

Continuará …

 


* Referencias anteriores de este debate

 

Francisco J. Trillo:  Representando a los trabajadores: ¿qué trabajo, qué trabajadores?

Jaime Cerezo. ¿DÓNDE ESTÁ EL SINDICATO? RÉPLICA PARCIAL Y DESORDENADA

Antonio Baylos: NO VEMOS NI OIMOS A LOS SINDICATOS

Quim González:  No hay sindicato sin emoción de la militancia

Isidor Boix:  (2) DEBATE SINDICAL PARA SABER DÓNDE ESTAMOS, DE DÓNDE PARTIMOS

Javier Aristu:  El sindicato y el nuevo proyecto social

Paco Rodríguez: A VUELTAS CON LOS SINDICATOS

Ramón Alós: A PROPÓSITO DEL DESCONCIERTO DE LOS SINDICATOS

Soledad Gallego-Diaz: Ni se les ve ni se les oye

Paco Rodríguez:  HABLEMOS DE LA AFILIACIÓN SINDICAL

JLLB: SINDICATOS Y EL MONOPOLIO DE LA NEGOCIACIÓN

Magdalena Nogueira y otros: Sindicatos: De la concertación (social) al desconcierto (general)

Quim González: ¿TIENE CABIDA EL SINDICALISMO EN LA EMPRESA ABIERTA?

JLLB: LA PARÁBOLA DEL SINDICATO 


 

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