Cataluña o la guerra de las barretinas
Ya lo saben ustedes: el viejo matrimonio se ha roto. En todo caso, falta el formalismo de que Artur Mas devuelva el rosario de la madre de Duran i Lleida. La pareja se ha roto formalmente por arriba que es como acostumbran a partirse las formaciones políticas. Digo formalmente porque desde hace lustros las costuras renqueaban por arriba, por abajo y por en medio. Se ha roto porque este matrimonio de conveniencia –a saber, Convergencia i Unió-- nunca tuvo un proyecto: era el resultado de un zurcido de retales diversos que, gradualmente, se fueron haciendo antagónicos. Primera consideración: las dos principales fuerzas políticas del panorama catalán (CiU y los socialistas) hace tiempo que entraron en una convulsión espasmódica.
La crisis de CiU es un dato importante. Pero hay algo que tiene todavía más envergadura: la crisis del sistema de partidos de Cataluña que ha venido aumentando tras la puesta en marcha del famoso procés hacia la independencia que en apariencia lidera Artur Mas. Que ha llevado a Cataluña a un tremendo descosido social y político. La mayoría de las fuerzas políticas han entrado en crisis: unas, abruptamente; otras, por goteo; y el resto en estado de latencia. Y en lo atinente a un proyecto de país cada una por su lado y, cual nueva guerra de barretinas, todos contra todos. Entre paréntesis: ciertos abrazos del oso no dejan de ser chicoleos para simular una inexistente unidad.
Segunda consideración: Artur Mas ha fracasado estrepitosamente. Porque hoy Cataluña está desjarretada en su propio seno y sin ninguna influencia en el resto de España. Ha perdido cohesión social e influencia más allá del Ebro. El gran argumento es la sistemática agresión desde Madrit. Pero, desde Giuseppe Di Vittorio sabemos que nuestro tanto por ciento de responsabilidad en las cosas (el genuinamente propio) se convierte en nuestro cien por cien.
En definitiva, todo esto sucede cuando no se hace política sino propaganda. De manera que no estamos, a mi entender, ante un equilibrio inestable sino ante un desequilibrio estable.

Font: