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José Luis López Bulla Las ocurrencias del nuevo alcalde de Cádiz
José Luis López Bulla

Goethe pone en boca de Mefistófeles un apotegma que siempre ha concitado división de opiniones: «Uno se hace más viejo, no más cuerdo». No sabemos si hablaba por boca propia o era un dardo dirigido a algún colega. Sea como fuere esta sentencia me retrata con cierta aproximación: noto que cada año que pasa tengo menos cordura. Sin embargo, de vez en cuando noto que la (aparente) sensatez de antaño se me aparece sin pedirme nada a cambio. Y aprovechando que tengo la impresión de que he recibido su visita pongo en limpio una serie de consideraciones. Ustedes juzgarán si es el caso o no. Vamos a hablar, otra vez, del nuevo alcalde de Cádiz, José María González,  llamado indistintamente Kichi por sus admiradores y detractores, aunque con diversa intencionalidad. Nosotros –en este arrebato de cordura momentánea— le diremos don José María por puro respeto institucional.


No entraremos en la polémica que don José María ha provocado con eso de aceptar ser hermano de la cofradía del Nazareno. Y no lo haremos porque, se diga lo que se diga en contra, las cofradías pueden ser leídas de manera ambigua: en clave de religiosidad o como expresión de un espectáculo  de paganismo militante. La equivocidad del gesto de don José María, pues, nos hace ser muy comedidos.


Sin embargo, no dejaremos pasar por alto las declaraciones de don José María sobre su tocayo, el poeta local, Pemán. El alcalde gaditano le ha calificado como «embajador de las letras gaditanas». Y consciente de que tal vez se quedaba parco en el elogio añadió: «… y así debe ser para siempre» (1).


Don José María Pemán, el elogiado por el alcalde de Cádiz, fue un escritor tan almibaradamente mediocre como adulador de los poderosos, ya fueran estos gaditanos o de donde fuera. A todos ellos les dedicó su incienso y su mirra, y de estos recibió su oro, ya fuera en metálico como en especies. Sería interesante saber qué investigaciones ha recibido su obra. Y, desde ahí, calibrar hasta qué punto es una exageración kichianacaracterizarle como «embajador de las letras gaditanas». 


Francamente, no entendemos el embeleso del flamante alcalde con Pemán, uno de los exponentes más reconocidos de la  casta gaditana.  De la casta económica y política, queremos decir. De una persona que aplaudió el cuartelazo y la dictadura del general Primo de Rivera y apoyó el golpe militar de Franco contra la República. Es cierto, ser de la casta y apoyar ambas dictaduras nada tiene que ver con su calidad como escritor. Pero, ya lo hemos dicho, no es el caso. Porque todos los turiferarios –ya repartan el incienso con la derecha o con la izquierda--  suelen ser escribidores de ripios pro domo sua


Addenda. Ayer murió Hugo Blanco, el celebérrimo compositor de Moliendo café. Aconsejamos a Kichi que lea atentamente la letra de esta pieza musical; así podrá saber qué es poesía y qué es un plato de gachas. Hugo Blanco preside esta entrada con la foto de arriba.





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