Las matanzas de activistas y ciudadanos saharauis que se han producido en El Aaiún son un vil atentado a los derechos de un pueblo que solo exige libertad y bienestar.
La permisividad internacional con el Reino de Marruecos, empezando por la del gobierno de España, es escandalosa. Solo la movilización de la sociedad civil española que históricamente ha manifestado una gran sensibilidad con la justa causa del pueblo saharaui puede detener estas masacres.
Leídas las declaraciones de la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, poco se puede esperar del gobierno. Nuestros gobernantes solo reaccionarán empujados por la ciudadanía.
Hay, pues, que participar en todas las movilizaciones convocadas en apoyo del pueblo saharaui y presionar a nuestro gobierno para que asuma sus responsabilidades con la ex-colonia y así poner fin a los desmanes de la policía y ejército marroquí.