Titular notícies
Àngels Martínez i Castells. Haití sigue pagando por su liberación
Àngels Martínez i Castells.

haiti2.jpg

Washington ni siquiera les permite un pequeño aumento en sus salarios, muy lejos de ser decentes. Publiqué hace algunos meses lo que Eduardo Galeano escribía sobre Haití:   “Que en el año 1803 los negros de Haití propinaron tremenda paliza a las tropas de Napoleón Bonaparte, y Europa no perdonó jamás esta humillación infligida a la raza blanca. Haití fue el primer país libre de las Américas. Estados Unidos había conquistado antes su independencia, pero tenía medio millón de esclavos trabajando en las plantaciones de algodón y de tabaco. Jefferson, que era dueño de esclavos, decía que todos los hombres son iguales, pero también decía que los negros han sido, son y serán inferiores. La bandera de los libres se alzó sobre las ruinas.

Desde entonces, la tierra haitiana ha sido devastada por el monocultivo del azúcar y arrasada por las calamidades de la guerra contra Francia, y una tercera parte de la población había caído en el combate. Entonces empezó el bloqueo. La nación recién nacida fue condenada a la soledad. Nadie le compraba, nadie le vendía, nadie la reconocía.
[...] Estados Unidos reconoció a Haití recién sesenta años después del fin de la guerra de independencia, mientras Etienne Serres, un genio francés de la anatomía, descubría en París que los negros son primitivos porque tienen poca distancia entre el ombligo y el pene. Para entonces, Haití ya estaba en manos de carniceras dictaduras militares, que destinaban los famélicos recursos del país al pago de la deuda francesa: Europa había impuesto a Haití la obligación de pagar a Francia una indemnización gigantesca, a modo de perdón por haber cometido el delito de la dignidad. La historia del acoso contra Haití, que en nuestros días tiene dimensiones de tragedia, es también una historia del racismo en la civilización occidental.”

El acoso que denuncia Eduardo Galeano  continuó con la escasa, racionada y cicatera ayuda a las víctimas del terremoto del 2010  y la epidemia de cólera que siguió al desaste (excepto la del personal sanitario cubano, ignorado por la mayoría de los medios).

Ahora, cuando empiezan tímidamente a recuperarse con su esfuerzo y su trabajo, sigue la humillación, y Washington les niega los 42 céntimos más prometidos de subida de salarios y pone trabas a la importación de petróleo (más barato) de Venezuela. Así se puede leer en el original francés : Haïti. On leur avait promis 42 centimes de mieux. Whasington a dit Non !

No hay límites a la explotación.

La misión estadounidense en Haití intervino para impedir una subida del salario mínimo de 61 céntimos la hora (apenas 42 céntimos de euro). David E. Lindwell, jefe adjunto de la misión, según los comunicados revelados por Wikileaks, escribió que este aumento “no tiene en cuenta la realidad económica”. ¿La realidad ? 1,6 millones de dólares menos para el vendedor norteamericano de camisetas, vestido y ropa interior Hanes y Levi Strauss, que sólo ha anunciado 211 millones de beneficios en 2010 y cuyo ejecutivo, Richard Noll, sólo cobra un salario de 10 millones de dólares, comenta Michel Moore. ¿La realidad ? Un país que cuenta con un 65% de parados, el 80% de sus habitantes por debajo del umbral de pobreza, como si la pobreza tuviera un umbral en este país que no se ha repuesto del terrible terremoto de 2010.

Los Estados Unidos intrigan también para impedir un acuerdo de Haití con Venezuela para obtener petróleo más barato que el de Exxo Mobil y Chevron, informa “The Nation”. Ninguna piedad con los pobres. Que trabajen más. ¡Los beneficios primero !


Més sobre...: Economia , crítica
Últimes Notícies