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Àngels Martínez i Castells. La economía rehén de extorsionadores fanáticos
Àngels Martínez i Castells.

La prima de riesgo de la deuda española ya lo acusa, superando los 400 puntos sin otro motivo real que para los paranoicos que rigen “los mercados” prosigue la caza de los más débiles (países, personas… da lo mismo). Es un momento de desenfreno total para especuladores, desreguladores enloquecidos, partidarios hasta la guillotina del estado de mínimos, y fanáticos de la privatización absoluta de lo que es  (todavía) de todos. Quieren nuestras casas, nuestros impuestos, nuestro puesto de trabajo si no aceptamos salarios de miseria… quieren nuestros servicios públicos de salud, y dejar bajo mínimos los de enseñanza… Total para vivir en la barbarie a la que nos quieren condenar, la cultura estorba.

Hace poco más de un año Obama llamó a Zapatero para decirle que con sus políticas sociales estaba poniendo en riesgo la economía mundial…  El Presidente español acudió a Washington, escuchó en Wall Street a los portavoces más destacados de los “mercados”, y volvió con un cambio absoluto en sus políticas… e inició el camino hacia su declive personal y la derrota de su partido. Ahora, nadie llama a Obama para decirle que la deriva que inició y practicó –ya desde su elección, cambiando el “Yes, We Can” por el “No, I Can’t”–  y su falta de liderazgo en su país, está amenazando todas las economías occidentales.

En efecto, las noticias económicas y políticas de hoy dejan claro que toda la economía mundial gira al son de la rendición de Obama ante esa secta de republicanos formados en los libros del creacionismo y la Escuela de Chicago, las dianas sobre senadores (la congresista Gabrielle Guifford volvió por primera vez en el Parlamento después de la dura y difícil recuperación después del atentado del pasado mes de enero que provocó 6 muertos y casi le cuesta la vida) y ya es hora que nos demos cuenta de que la economía mundial está en manos de locos peligrosos. El mismo Tea Party en el que destaca una Sarah Palin que recuerda de manera alarmante los poupulismos prefascistas, había publicado menes antes una lista de los candidatos demócratas a derrotar utilizando una iconografía perversa de blancos de rifle. Y Guifford estaba naturalmente en la lista.

Pero estas últimas semanas el blanco del Tea Party ha sido la economía de los Estados Unidos, los programas sociales (en especial Medicare), los programas pensados para las personas enfermas o mayores… Un Tea Party sin ninguna piedad, del que leo hoy en El País: “La realidad, como se ha demostrado en esta crisis, es que el Tea Party está ahí con la voluntad de hacer historia. Sus miembros no están pensando, como los políticos al uso, en la reelección o en escalar posiciones dentro del partido. Muchos de ellos duermen en sus oficinas del Capitolio y están consagrados a su causa con una disciplina sacerdotal. En una de las negociaciones de este largo fin de semana, cuando el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, llamó a negociar a los miembros del Tea Party de Carolina del Sur, estos le contestaron que era mejor orar que hablar y, efectivamente, se retiraron a una sesión de rezo colectivo. Con esa voluntad y esas extravagancias habrá que seguir contando en el futuro. La crisis sobre la deuda ha sido la primera vez que un grupo extremista de legisladores toma al Gobierno como rehén para promover su agenda política, pero puede no ser la última.”

Tampoco el editorial del New York Times publicado poco después del acuerdo no dejaba lugar a dudas, y entresaco algunos párrafos:

“Lo poco que se puede valorar positivamente  del principio de acuerdo entre los líderes del Congreso y la Casa Blanca, es que finalmente se ha producido.  El acuerdo puede evitar un incumplimiento  catastrófico del gobierno  en lo inmediato y, probablemente, hasta finales de 2012. El resto es una capitulación casi total a las exigencias  de  toma de rehenes de los extremistas republicanos que perjudicarà  los programas para la clase media y los pobres, y añade obstáculos a la recuperación económica. (…) Durante semanas, desde que los republicanos declararon  que no se iba a elevar el techo de la deuda sin enormes recortes en el gasto, los demócratas defendieron unos pocos  principios básicos: que con nuevos ingresos fiscales los ricos compartieran  una parte de la carga del ajuste,  y que no podía tocarse  Medicare. Pero esos principios fueron cayendo uno tras otro hasta  llegar a un acuerdo en recortes de aproximadamente 2,5 billones del déficit en más de una década. Los primeros $ 900 mil millones a un billón vendrá directamente de los programas nacionales discrecionales (alrededor de un tercio  del Pentágono) y  no se contemplan nuevos ingresos. Los siguientes $ 1,5 billones los determinarà un “supercomité” de 12 legisladores que podrían recomendar  ingresos, pero es improbable que lo hagan  ya que la mitad de sus miembros son  republicanos. (…)  Los demócratas tienen toda la razón para temer los efectos de un incumplimiento y el impacto de una nueva recesión a todos los estadounidenses. El presidente Obama podría haber sido más firme en la negociación con los republicanos, tal vez amenazando con usar los poderes constitucionales de ignorar el techo de la deuda si el Congreso no asumía su responsabilidad para levantarlo. Sin embargo, este episodio demuestra la eficacia de la extorsión.(…)”

Si la imposición de las peores medidas económicas contra la mayoría de la población (y no sólo en Estados Unidos) la están haciendo fanáticos descerebrados desde la fuerza y la sinrazón, ¿a qué estamos esperando los ciudadanos y ciudadanas de todo el mundo para dar y conseguir  una alternativa que mande el fundamentalismo neoliberal,  privatizador, excluyente y sin entrañas al basurero de la historia ?


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