Mariano Rajoy debe haber pensado de nuevo en su “niña” y los privilegiados de siempre y se ha opuesto –precisamente hoy, cuando la crisis se agudiza y todo hace presagiar más sufrimiento para las personas con trabajo precario o en el paro, o con pocos ingresos– a recuperar el Impuesto de Patrimonio que el PSOE –en un momento en que hubiera sido mucho mejor sufrir un brote agudo de parálisis legislativa– eliminó hace poco más de un año año. Pero lo peor ha sido que especifica que dicho Impuesto “castiga al que ahorra y premia al que no ahorra”… No veo yo muy ahorradora a la Duquesa de Alba, ni a los Amancio Ortega, ni a los grandes patrimonios españoles que no se pueden esconder en los paraísos fiscales al uso para otras riquezas…. Precisamente si tiene sentido este impuesto es porque es mucho más objetiva su estimación, ya que permite que tributen inmuebles y valores que pueden tasarse y detectarse con más facilidad que los capitales que con un simple golpe de tecla de ordenador pueden jugar al escondite en todo el mundo, de cuenta indetectada a cuenta inexpugnable, desde Andorra a Las Bahamas o la Isla de Mann…
Rajoy inicia su campaña electoral queriéndonos hacer creer que los que tenemos un trabajo en precario, o cobramos una pensión, o un subsidio, o nada de nada porque no llega ni el PIRMI, podemos salir ganando si no se recupera el Impuesto sobre el Patrimonio, y lo peor es que mucha gente que no tiene qué comer le va a votar porque se tragará su mentira de que también él puede ser un potentado al que le beneficie que no exista este Impuesto. Además, se trata de un tributo que fue transferido en su momento a las CC.AA., hecho que aprovecha también el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, para acusar su restitución de intento centralista, acusar con todo desparpajo que es una “barbaridad” volver a imponerlo, e insistir en la mentira de que “penaliza el ahorro”, aunque cálculos conservadores estiman que puede representar un millón de euros de los más poderosos…
A estas alturas me pregunto si determinadas personas pueden tener credibilidad a la hora de hacer propuestas sobre Impuestos como este. Por ejemplo, Rajoy tiene todos los motivos para que no se penalicen sus “ahorros”, ya que él puede ahorrar fácilmente: según su propia declaración, además de sus honorarios como diputado más todos los pluses correspondientes, recibió 98.225 euros por dietas y gastos “en representación del PP en 2010″ una cifra que le ha permitido ingresar en conjunto, 173.263 euros. Por otro lado, entre depósitos en cuentas corrientes, acciones en bolsa, fondos de inversión y seguros de ahorro, Rajoy cuenta con 597.400 euros. El líder del PP tiene un apartamento y una oficina en Pontevedra, y un apartamento en Madrid además de su vivienda habitual cuya titularidad comparte con su mujer. Además, en Canarias posee el 25% de un piso. Si finalmente el Gobierno optara por recuperar el impuesto sobre el patrimonio, no quedará exento del mismo.
Por lo que a Durán i Lleida se refiere, también entiendo que no quiera pagar el impuesto sobre el patrimonio, ya que bastante le debe costar hacer frente a una hipoteca de un millón de euros. Y tengo para mí que una hipoteca de esta cuantía debe estar avalada por un cuantioso patrimonio… De hecho, declara un apartamento en Lleida, comprado en 1994, con dos plazas de aparcamiento; un piso en Barcelona, con tres plazas más, adquirido en 2002, y una casa en Girona, comprada en 2010. Al parecer, Duran i Lleida era de los que entendía –antes de que estallara la burbuja de la construcción– que más vale ahorrar en “el ladrillo” porque sólo declara 8.900 euros en distintas cuentas, y a sus honorarios como Diputado cabe añadir 28.858 euros como secretario general de CiU.
Hasta este momento, Durán i Lleida y Rajoy ya se han pronunciado, y no cuesta demasiado entender (viendo su patrimonio y conociendo a sus amigos) que su indignación alcance tonos tan melodramáticos, como falaces y esperpénticos. Al dar rienda suelta a su indignación no parecen estar pensando tanto en el “bien común”, como deberían hacer por su oficio, sino en sus propias carteras de inversiones…