Conferencia. La responsabilidad de la política en la defensa de los animales.
Murcia, 6/06/2012.
Buenas tardes.
Como no puede ser de otra manera quiero, en primer lugar, agradecer la oportunidad de participar en estas primeras jornadas de derecho animal.Para completar la presentación que -tan gentilmente- ha hecho Miguel Ángel, decirles; que tengo 57 años; hijo de una típica familia burguesa barcelonesa, y fui educado en el respeto y la compasión. Esto viene al caso para explicarles que mi proceso, o mejor dicho mi evolución, hacia posiciones animalistas como compromiso político, no es fruto, ni de una educación familiar, ni de un entorno social declaradamente animalista. Y si me permiten, una infancia y una juventud bajo el franquismo tampoco era el ambiente más propicio para este tipo de sensibilidades. Creo que yo como tantos otros y otras, somos la resultante de sumar: respeto+compasión+la influencia y pedagogía de tantas personas y entidades animalistas que, con firmeza y tesón, han luchado y luchan en la defensa de los derechos de los animales. El resultado es la identificación con estos derechos.
Quiero, pues, en primer lugar, agradecer a todos y todas ellas su lucha y pedagogía. Consciente de que, demasiadas veces, han sido incomprendidos, cuando no hostilizados. Repito, mi reconocimiento y consideración a tanto esfuerzo.
Poco a poco, vamos tomando consciencia de nuestras responsabilidades con la naturaleza y, de una manera especial, con los animales no humanos Responsabilidad social, la de todos, pero sobretodo responsabilidad política. Responsabilidad que tenemos aquellos a quienes los ciudadanos nos han delegado su representación. El poder de legislar, de gobernar, de administrar personas y cosas. Una responsabilidad, la de los políticos y la política que, con relación a los animales, en España aún se adolece de muchas insuficiencias. Luego haré referencia a ello.
Seguramente fue Kant, el filósofo, quien mejor resumió el especismo. Kant, afirmaba que los humanos son dignidades y los animales instrumentos. Esta ideología junto con la siempre presente vileza y miseria de la condición humana es lo que explica la instrumentalización, abandono y violencia contra los animales. En el amplio debate que motivó la presentación de la Iniciativa legislativa popular para la abolición de las corridas de toros, en el Parlament de Catalunya, que afortunadamente ganamos, escuchamos de los pro-taurinos todo tipo de justificaciones para avalar las corridas; tradición, arte, belleza estética, economía, negación de sufrimiento del toro, hasta motivos ecológicos. Ningún argumento moral o ético. Uno a uno fueron rebatidos los argumentos. Pero, personalmente, me llamó poderosamente la atención una afirmación de los abolicionistas que decía: “no es un debate entre emociones o sensibilidades sólo, es un debate entre el mal necesario o el mal innecesario. La moralidad o inmoralidad de infligir sufrimiento a un animal”.
Es cierto que hay diferentes moralidades y éticas. Sí. Pero más cierto es que hay valores más extendidos, más compartidos que otros. Uno es la ética de la responsabilidad. De responsabilidad con la vida. La ética amplía, hoy, nuestra responsabilidad a los seres no humanos. Y esto porque, señoras y señores, somos la única especie que puede decidir por otros. Y créanme, como se demuestra a lo largo de la historia de la humanidad, todo argumento ético es más poderoso, más perdurable, más vinculante que los que se basan en la historia, ideologías, usos, modas o gustos.
La crueldad es indigna del hombre.
La crueldad no es una ley natural.
No es propia de quien tiene la tutela sobre otros seres.
Nos deshumaniza.
La moral de respeto a los animales es la misma moral de respeto a los humanos. El trato a los animales expresa y pone a prueba el trato que la humanidad se da a sí misma y el concepto que de ella misma tiene. Tenemos el deber, la obligación, la exigencia moral de ser humanos no inhumanos con los animales;
1º por parentesco.
2º por no abusar de nuestra superioridad humana.
3º Porque como decía antes el trato que damos a los animales es el espejo de nuestro concepto de personas y de ciudadanos.
¿Tienen derechos los animales? Si. Tienen derechos naturales a vivir de acuerdo con sus características biológicas y necesidades etológicas. Es por esto que existen responsabilidades políticas claras en la defensa de estos derechos. ¿Hasta dónde hay que llegar? Hasta donde llegue la capacidad de tutela de los humanos hacia otros seres.
Estos son mis valores, mis puntos de vista, los criterios a partir de los cuales actúo y me posiciono en relación a la defensa de los derechos de los animales.
Entrando en el terreno estrictamente político.
Quiero, en primer lugar, recordarles que el ordenamiento jurídico, los marcos legales y normativos en cualquier país es donde se objetiva el grado de civilización de una sociedad. Sus valores. Su calidad democrática. Su nivel de desarrollo. Toda iniciativa legislativa, toda nueva ley, debería reflejar la evolución, el desarrollo, de la consciencia moral y las sensibilidades sociales presentes. Dicho esto, me atrevo a afirmar, que el marco legislativo y normativo español en relación a la defensa de los derechos de los animales, está por debajo a la extendida y difusa mayor sensibilidad social que existe en defensa de estos derechos. La opinión pública española admitiría con normalidad y de forma positiva una mayor legislación en pro de estos derechos, como pasa en países de nuestro entorno.
¿Es de esperar que en esta legislatura 2011-2015, se vayan a producir avances legislativos? No. Creo sinceramente que la actual mayoría absoluta del Partido Popular, no va a estar por la labor. Para mí el gran reto hoy y en los próximos años, no es tanto la iniciativa legislativa, que evidentemente habrá que aprovechar cualquier oportunidad. El gran reto es la crisis y sus repercusiones hacia los animales y sus derechos.
La crisis y sus efectos son o deberían ser el principal campo de batalla de los animalistas. Porque es sabido que en toda crisis económica, y más con esta crisis tan larga, grave e intensa como la que estamos sufriendo, sus principales víctimas son los sectores más débiles de la sociedad y los débiles entre los débiles son los animales.
¿En que afecta ya la crisis?
1º Las crisis fomentan la insolidaridad, el individualismo. El desentenderse de lo ajeno, y qué más ajeno para muchos que los animales.
2º Las restricciones presupuestarias limitaran o serán excusa para dar marcha atrás a muchos equipamientos, pongo como ejemplo las perreras municipales.
3º La crisis es una excusa para relajar la exigencia en la aplicación de leyes y normas. Pongo como ejemplo el transporte animal o los mataderos.
4º El respeto a la biodiversidad queda subordinada a iniciativas urbanísticas o de infraestructuras. Pongo como ejemplo los intentos de urbanizar zonas vírgenes en Mallorca y Cádiz que a su vez son zonas de nidificación.
5º En definitiva, se impone el discurso de que garantizar legal y materialmente el bienestar animal es un lujo sin sentido en tiempos de crisis.
Otra cuestión, que yo creo que tiene su singular explicación, es la ofensiva de sectores del PP y del PSOE, mayoritariamente, en el impulso de una ofensiva para la protección estatal de las corridas de toros. Es la respuesta al acuerdo, del Parlamento catalán, de abolición de las corridas. Y en esta campaña se mezclan diversos elementos; españolidad, defensa de las corridas, espejismo, etc. Afortunadamente el marco competencial es claro y dar marcha atrás al acuerdo del Parlament sería una violación del marco constitucional y estatutario.
Junto con la lucha para mitigar los efectos de la crisis en los animales existen para mí otras dos grandes prioridades:
La primera, la educación en las escuelas, de nuestros niños y niñas, en el respeto a los animales. Este es un elemento clave que definirá la sensibilidad -o no- hacia los animales en las futuras generaciones. En el gran debate abierto sobre la asignatura de “educación para la ciudadanía”, debemos ser capaces de conseguir que estos temas se consideren con la fuerza necesaria.
La segunda, La Unión Europea. En lo que se refiere a la protección de los animales, hoy por hoy, todo lo que venga de la Unión Europea será más avanzado que aquí. Debemos utilizar, con mayor ahínco, todos los espacios que nos permiten las instituciones europeas ya sea para denunciar ya sea para proponer. Así como exigir la trasposición de las directivas europeas que hacen referencia a lo que estamos hablando.
Conscientes de las graves dificultades del momento presente, un grupo de diputados y senadores hemos decidido recuperar la Asociación Parlamentaria para la Defensa de los animales (APDDA). Parlamentarios de distintos partidos nos hemos comprometido en ejercer como lobby en las Cortes Generales en defensa de los derechos de los animales. La respuesta, hoy por hoy, es positiva y espero que a finales de mes podamos presentar públicamente la asociación.
Voy terminando. Es la primera vez que intervengo sobre una materia como ésta y les pido disculpas por si los contenidos no han respondido a sus expectativas, pero sí que lo les quiero transmitir es mi compromiso en la exigencia de que se respeten los derechos de los animales. Y la buena noticia es que ni estoy solo ni somos pocos. Creo firmemente que se han producido a lo largo de la historia de la humanidad dos grandes revoluciones éticas:
1º La igualdad entre seres humanos.
2º La no discriminación por sexo.
La tercera será la de la no discriminación en función de la especie. En ella estamos comprometidos.
Gracias por su atención.