Los procesos que parecen más perjudiciales para la ciudadanía perpetrados por los malos gobiernos, pueden revertir en favor del bien común si llegan nuevas mayorías sensibles y atentas a las necesidades sociales. Por ejemplo, la promesa de devolver la gestión del agua a la comunidad la cuenta en Nueva Tribuna Paco Rodríguez de Lecea, aunque se refiere también a las desordenadas prisas de Boi Ruiz por privatizar a todo trapo todo lo que puede. Un saqueo que también denuncia Milagros Perez Oliva con gran contundencia. En cambio, los medios no han recogido las dos noticias de formsa similar. Aunque es difícil dudar de la importancia de que se haya presentado en Barcelona el Pacto Social para el Agua Pública en Catalunya, donde se habla de una gestión integral, pública y participativa del agua, la prensa de mayor tirada no parece haber captado la importancia del acuerdo.
En la actualidad, en los principales centros urbanos el suministro del agua se gestiona por la empresa mixta formada por la multinacional Agbar (Aguas de Barcelona) y la AMB (Área Metropolitana de Barcelona), que aprobó la creación de dicha empresa con los votos favorables de CiU y PSC. Ahora se pretende revertir el proceso desde la plataforma Aigua és Vida, los sindicatos CCOO y CGT, la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), la Confederación de Asociaciones Vecinales de Catalunya (CONFAVC), Ecologistas en Acción, y hasta un total de más de veinte organizaciones. Han suscrito el pacto las siguientes instancias políticas: ERC, ICV, EUiA, la CUP, Barcelona en Comú, Podemos y Procés Constituent, que se han comprometido a incluirlo en sus programas para las próximas elecciones municipales. Si logran la mayoría (perfectamente factible) el Pacto por el agua podrá cumplirse.
Sigue Rodríguez de Lecea advirtiendo que quizás la importancia de la propuesta ha quedado oscurecida en los grandes medios por el anuncio hecho por el alcalde Trías de un nuevo cuerpo policial que perseguirá conductas incívicas tales como el consumo de alcohol y el orinar en la calle (ya ven, cada uno ve a su manera cómo acercarse a la ciudadanía…) Sin embargo, se consuela el autor al encontrar en los medios “el eco del malestar que está provocando el conseller de Sanidad Boi Ruiz, reincidente empedernido en políticas privatizadoras, con dos iniciativas de su departamento: la creación del Consorci de Lleida, y la propuesta de venta de datos sanitarios recogidos e informatizados por la Administración. Son dos temas en los que el Parlament ha dado el alto al conseller, sin conseguir detenerlo hasta el momento. Alega el hiperactivo Boi Ruiz que publicar en el Diario Oficial de la Generalitat la propuesta de Estatutos del futuro Consorci no implica desobediencia al mandato del Parlament de paralizar las gestiones para su creación. En el caso de los datos sanitarios, afirma estar llevando a cabo su “anonimización” e insiste en los beneficios de ponerlos a disposición de la ciencia y la investigación. Pero no estamos hablando de puesta a disposición sino de venta, y esta no se limitará a organismos científicos y universidades, sino que podrá recaer en primera o en segunda instancia en otras entidades; por ejemplo las compañías farmacéuticas, vieja obsesión de sor Teresa Forcades, las cuales cuentan con medios muy avanzados y sofisticados, susceptibles de “desanonimizar” lo “anonimizado”.
Y concluye Rodríguez de Lecea: “Ante semejantes desafueros por parte de un gobierno de Catalunya que ha puesto ya el piloto automático para conducir al país a una declaración unilateral de independencia, uno se pregunta si tantas prisas por tener un «Estat propi» no se deberán al hecho de que cuentan en firme con un comprador para el mismo, y no tienen la menor intención de echar a perder el negocio.”