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Àngels Martínez i Castells. El Golpe de Estado silencioso y el Pacto del Euro que nos acecha
Àngels Martínez i Castells.

Escribe Willy Meyer hoy en Público: El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, calificó de “revolución silenciosa y gradual” las medidas de control y de disciplina económica y financiera impuestas a los estados miembros de la UE, en una conferencia en la Universidad Europea de Florencia al día siguiente del Consejo Europeo que decidió el paquete de Gobernanza Económica Europea (18-06-10). “A veces en Europa los pequeños pasos son los más importantes. Leed atentamente las conclusiones del Consejo Europeo de ayer, por favor. Lo que está sucediendo es una revolución silenciosa, una revolución silenciosa en términos de una gobernanza económica más fuerte de forma gradual. Los estados miembros han aceptado –y espero que lo hayan entendido correctamente– dar poderes muy importantes a las instituciones europeas sobre vigilancia [económica] y un control mucho más estricto de las finanzas públicas. Esto sucedió ayer. Aceptaron el principio, por supuesto. Ahora nos toca legislar”, dijo Barroso.(…)

La maquinaria neoliberal europea impulsada por populares, socialdemócratas y liberales ha consensuado tres pactos: el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, el Pacto de la Reforma Estructural y el Pacto del Euro, con la voluntad por parte de la Comisión y el Consejo de imponerlos a la ciudadanía europea representada por los parlamentos nacionales. La obligatoriedad de que los gobiernos presenten ante estas instituciones sus propuestas económicas antes que a los parlamentos nacionales supone, al contrario de lo que opina Durão Barroso, un verdadero golpe de Estado silencioso contra las soberanías nacionales mediante la presentación previa de los llamados Programas Nacionales de Reforma, desarrollo de la Estrategia Europa 2020, continuación a su vez de la fracasada Estrategia de Lisboa (previsión de un crecimiento anual del 3% y creación 20 millones de nuevos empleos en enero de 2010).

Desde Bruselas, este golpe pretende desmantelar el Estado social europeo y uniformizar criterios para atacar salarios (flexibilización laboral, destrucción de la negociación colectiva), reducir drásticamente la función pública tanto en personal como en retribuciones, retrasar la edad de jubilación, privatizar el sistema de pensiones y concluir con el proceso de desmantelamiento progresivo de los servicios públicos. La llamada Gobernanza Económica Europea (la concreción de los tres pactos) se contrapone al verdadero Gobierno Democrático de la Economía, imprescindible en la reconducción de la construcción europea para alcanzar la cohesión social, territorial y el bienestar social de las personas (seguir leyendo en Público)

Miremos un poco hacia atrás

En la cumbre de jefes de Gobierno del 2 de marzo de este año, los 27 acordaron por imposición de la canciller alemana, Angela Merkel, lo que se ha llamado el “Pacto del euro”: una serie de líneas directrices que deberán comenzar a poner en marcha en el plazo de un año. Las reformas incluyen el mercado laboral, el sistema financiero, la competitividad o las cuentas públicas. Alemania las exigió como condición imprescindible para seguir financiando la ayuda a países con problemas.

Las excusas oficiales al firmarlo el pasado 25 de marzo eran las de mejorar la competitividad, acelerar el crecimiento y hacerlo sostenible a medio y largo plazo, generando mayores ingresos para los ciudadanos al tiempo que se mantienen los modelos sociales”, según el texto del acuerdo, firmado por los 27 jefes de Gobierno el pasado 25 de marzo. La verdad, es, sin embargo, que cada línea de los cientos de folios de nueva legislación es un alegato en favor de los recortes y la austeridad inspirados e impuestos por Angela Merkel. Según pudimos leer en Publico, Jacques Delors, respetado y experimentado europeísta, dijo que era “el documento más reaccionario producido jamás por la Comisión”, que él presidió durante nueve años.

Tres opiniones críticas a tener en cuenta:

Albert Recio, profesor de Economía Aplicada en la Universidad Autónoma de Barcelona, opina que equiparar la productividad a las ventas o a los beneficios es una vía fácil para la precarización cuando la estrategia de la empresa falle. Según Recio, la mayoría de sectores económicos están muy jerarquizados, y en empresas emblemáticas como Telefónica, que pretende un ERE con despidos masivos, se podrá argumentar “que la cúpula de empleados de la empresa es muy productiva, pero a costa de subcontratar servicios más baratos”.

Valdés Dal-Ré, catedrático de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social en la Universidad Complutense de Madrid, añade que en España, las rentas del trabajo, es decir, la suma de todo lo percibido por los trabajadores en concepto de salarios, “ha caído repetidamente en los últimos años con respecto al PIB”. En otras palabras: de la tarta de la riqueza del país, los trabajadores cada vez se quedan con un trozo más pequeño.

Y finalmente Josef Niemec, secretario general adjunto de la Confederación Europea de Sindicatos, nos pone a Bélgica (país sin gobierno desde hace mucho tiempo) como ejemplo, y dice: “la protección laboral y la indexación de los salarios al nivel de vida ha funcionado bien en países como Bélgica, que sobrevive a la crisis a pesar de que no tiene un Gobierno que imponga medidas de austeridad, o quizás gracias a él”, ironiza, en referencia a la inestabilidad institucional del país.

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En este blog, sobre el Pacto del Euro o temas relacionados:

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Sumando fuerzas para decir NO al Pacto del Euro
Todo lo que necesitas saber sobre el pacto del euro
Las elecciones en Portugal, el FMI y el NO al Pacto del Euro
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