ENTREVISTA A MIQUEL ICETA, candidato a liderar el PSC
Teresa Carreras
El Siglo, 5-11.12.11
Militante socialista desde los 17 años, ha ocupado cargos públicos desde hace 24 y hoy es viceprimer secretario del PSC. A pesar de su veteranía se ve con ilusión y con fuerzas para liderar su partido y ha presentado su candidatura a primer secretario en el congreso de diciembre próximo. Iceta recibe al semanario El Siglo en su despacho de la calle Nicaragua para comentar una de las obsesiones de su candidatura, que es la de la unidad en el partido frente a los muchos candidatos que se están presentando. Sabe que su pertenencia al aparato y tres fracasos electorales a sus espaldas podrían ser un obstáculo para representar la renovación. Por esto afirma que “si mi candidatura no sirve para unir, carece de sentido.
De los cuatro candidatos que, por el momento, se postulan él es el más vinculado a la actual dirección del partido puesto que actualmente ocupa el cargo de viceprimer secretario y portavoz del grupo parlamentario Socialistes-Ciutadans pel Canvi, en el Parlamento catalán.
—¿Por qué este empeño en querer presentar una candidatura única, cuando sabe que hay otros candidatos a la Primera secretaria del PSC?
—Porque creo que merece la pena hacer un gran esfuerzo de integración, máxime cuando no aprecio diferencias políticas significativas entre los candidatos.
—¿Por qué quiere ser primer secretario? ¿Cuál es su idea base?
—Quiero reconstruir nuestro proyecto político, con corazón socialista, cerebro socialdemócrata y espíritu de libertad. Tenemos que renovar nuestras ideas, ampliar y abrir nuestro partido y reconectar con la sociedad de abajo a arriba. Los tres pilares de nuestro proyecto deben ser: socialdemocracia, Europa y federalismo.
—¿Qué le diferencia de Àngel Ros, Joan Ignasi Elena, Pere Navarro o Montserrat Tura? ¿Qué diferencias establece usted entre ellos?
—Como digo, no veo diferencias políticas fundamentales, sólo matices que enriquecen nuestro proyecto y por lo tanto es imprescindible contar con todos.
—¿En qué condiciones retiraría su candidatura?
—Si no sirve para unir, mi candidatura carece de sentido.
—¿Se cree legitimado para liderar su partido después de tres grandes derrotas?
—Se da la circunstancia de que todos los compañeros que hasta ahora hemos mostrado nuestra disponibilidad para encabezar el partido en la próxima etapa somos miembros de la actual Comisión Ejecutiva.
—¿Usted ha afirmado que no quiere que lleguen al Congreso con tres candidaturas o más? ¿Por qué?
—Si no es posible una candidatura de integración, y teniendo en cuenta que nuestro Reglamento de Congresos exige la presentación de candidaturas completas de Comisión Ejecutiva, no creo que lleguen a concretarse más de dos.
—¿Usted habla de renovación de ideas y de personas? ¿En cuál estaría usted?
—Yo hablo de renovación de ideas y de personas, y, sobre todo, de hacer cambios profundos en el partido. Me siento capaz de impulsar cambios importantes, pero quizá represente mejor el cambio una persona que no haya estado tanto tiempo como yo en primera línea.
—¿El PSC ha perdido la centralidad política catalana? ¿Cómo la puede recuperar? ¿En que ayudaría usted?
—Yo creo que al PSC se le exige más claridad de ideas, y más contundencia y coherencia en el momento de defenderlas en Cataluña y en el resto de España.
—¿Navarro tiene muchas posibilidades. Usted y Àngel Ros están en plena sintonía, y Elena plantea una candidatura muy abierta. ¿Cómo ve a estos candidatos? ¿Esperaba usted que Montserrat Tura también tuviera un proyecto de socialismo catalán que ella pueda liderar?
—Siento por mis compañeros un gran respeto político y un gran aprecio personal. Todos ellos representan cosas muy importantes. Si tuviera que decantarme por uno de ellos como futuro Primer secretario lo haría por Pere Navarro. La candidatura a la Presidencia de la Generalitat deberemos resolverla a través de unas elecciones primarias abiertas a la ciudadanía.
—¿De las 115 agrupaciones socialistas muchas han aceptado las enmiendas que presentará Montserrat Tura. La dirigente pide transparencia, participación de la militancia, como demostró enfrentándose en unas primarias. ¿Hasta dónde cree usted que se debe democratizar el sistema de gobernanza?
—Yo creo que hay mucho a mejorar en nuestros mecanismos internos. Pero más importante que cambiar los Estatutos es adoptar una cultura política basada en nuestros ideales democráticos, federalistas y socialistas. Debemos erradicar todo sectarismo y promover la máxima oxigenación de nuestras estructuras.
—¿La noche del 20-N pensaba que estaban recogiendo el descontento de aquellos militantes que no aceptan imposiciones del aparato?
—No entendería que un militante de nuestro partido, por distante que se sienta de la dirección, no vote nuestras candidaturas.
—¿Cuáles fueron los principales errores de la campaña de Chacón?
—Considero que la campaña desarrollada por Carme Chacón era la adecuada en un contexto muy difícil. Cuando un partido ha tenido responsabilidades de gobierno tan importantes en una crisis económica tan profunda y a la que no se le ve salida, con casi cinco millones de parados, es muy difícil que el resultado electoral no le sea adverso.
—¿Aceptaría estar en la dirección pero no en el cargo de primer secretario del Partido?
—He dicho a menudo que me veo tanto tirando del carro como el primer militante, o empujándolo como el último de los militantes. Si no soy primer secretario seguiré estando a disposición de mi partido para lo que se me pida.
—¿Tiene ya una respuesta al interrogante reiterado de por qué no ha dimitido nadie después del 20-N, como tampoco pasó en las anteriores derrotas?
—La dimisión de una Comisión Ejecutiva a tres semanas del Congreso en el que debe rendir cuentas me parece un disparate.
—¿Usted participó en el reciente Comité Federal del PSOE. Muchos hablan de un Congreso abierto. ¿Cómo ve la cita de febrero?
—El PSOE tiene sus propias normas, que establecen la posibilidad de optar primero entre varios candidatos a la Secretaría General y después el que gana debe proponer una nueva dirección. Es un mecanismo ya probado y que garantiza un Congreso abierto.
—¿En la sucesión de Zapatero como secretario general, Guerra y Bono han reabierto el debate sobre la vinculación entre el PSOE y el PSC. Desde Cataluña sabemos que son dos partidos federados. ¿Por qué esta relación de amor-odio que siempre viene del mismo sitio?
—Cuando Alfonso Guerra impulsó la unidad socialista en Cataluña, aceptó el esquema federal de relaciones entre el PSC y el PSOE que sigue vigente. De hecho se aceptó que PSC y PSOE mantuvieran grupos separados en el Congreso acordando una disciplina común de acción, voz y voto. Sólo basta con mirar el escudo de España para descubrir la diversidad nacional que incorpora. La convivencia de los pueblos de España requiere altas dosis de respeto mutuo. La incomprensión hacia lo que representa Cataluña sólo sirve para alimentar el independentismo, y es un gran obstáculo para los planteamientos autonomistas y federalistas.
—¿Podría un catalán -y más una mujer- liderar el PSOE y gobernar España? ¿Todavía no ha llegado el momento que todos y todas tengamos el mismo derecho y las mismas aspiraciones?
—Desde luego. Sólo faltaría que para que un catalán o una catalana llegasen a presidir el Gobierno de España tuviesen que ser militantes del PP o de CiU. Yo no acepto eso.
—La situación económica en España y Europa es muy delicada. ¿Cómo ve la actuación de Rajoy como presidente electo? ¿Desde Europa le piden celeridad y el anda muy despacio?
—Lo cierto es que Rajoy siempre ha ido muy despacio en todo y parece pensar que la mayoría de los problemas se solucionan por sí mismos con el paso del tiempo. La crisis que atravesamos no permite tomar distancia y esperar, sino comprometerse y actuar desde el primer momento con determinación y acierto. Por el bien de todos espero que Rajoy los tenga.