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Jordi Guillot “Comisión de Empleo y Seguridad Social.”
Jordi Guillot

Intervención como portavoz de l’Entesa. Senado, 2 de abril de 2012.

Gràcies, senyora presidenta.

Señora ministra, bienvenida a la Comisión de Empleo. Como ha tardado 102 días en venir está ya fuera del periodo de gracia pero no fuera del periodo de respeto, que valdrá durante toda la legislatura.

Antes de iniciar mi intervención quiero hacer tres comentarios sobre tres cuestiones que me han sorprendido de su exposición. En primer lugar, quisiera que entendiera que cuando ustedes utilizan la palabra lucha contra el fraude en determinados sectores no tienen ninguna credibilidad, porque un Gobierno que propone una amnistía fiscal no es creíble. Y cuando utilizan la palabra diálogo también para determinados sectores, un Gobierno que ha sido capaz de llevar a cabo una propuesta de reforma laboral de esta manera, sin contar con nadie, difícilmente tiene algún tipo de credibilidad.
En segundo lugar, escucharla me ha hecho pensar que cumplir con los pactos, con los compromisos, cumplir con el Pacto de Toledo es una heroicidad; parece una rareza pero creo que es lo normal. Y no hablo de los socialistas -ya dedicará usted su atención a los socialistas- yo hablo desde mi grupo, desde mi partido, y estoy intentando dialogar con usted.
En tercer lugar, me ha sorprendido también que no le haya dedicado ni una sola frase ni un comentario a la huelga general. No sé si será una táctica parlamentaria referirse a este tema en su segunda intervención pero, repito, me ha sorprendido que a cuatro días de haberse celebrado una huelga general, la ministra de Empleo no le haya dedicado ni una reflexión ni un comentario.

Con todo, quiero comenzar mi intervención recordándoles que ustedes también tienen responsabilidades históricas sobre la situación de nuestra economía y sobre nuestro modelo laboral y su marco jurídico.

Señora ministra, su partido ha impulsado tanto desde el Gobierno como desde la oposición, muchas de las decisiones que hoy explican que nuestra economía sea de baja calidad, muy centrada en su momento en la construcción y el turismo. Y de la misma manera son responsables de haber alentado la especulación y la cultura del pelotazo, de un sistema financiero mal gestionado, con bajos niveles de productividad, y de un modelo energético caro, ineficiente y contaminante. Y, centrándome en lo que hoy justifica su comparecencia, son igualmente responsables de un modelo y un marco jurídico laboral que antes de la crisis se caracterizaba por un empleo precario, mal remunerado, poco cualificado, y concentrado en sectores de escaso valor añadido.
Nuestra fragilidad frente a la crisis y la volatilidad de nuestro empleo ante los cambios del ciclo económico son también responsabilidad suya, no única -evidentemente, algo tendrá que ver el Partido Socialista después de 20 años de Gobierno-  porque ustedes también han estado en el Gobierno y, sobre todo, desde la oposición han participado en muchas de estas decisiones.

Escuchándola sigo convencido de que su diagnóstico es equivocado. Ustedes comparten el Plan de Estabilidad dela Unión Europea. Están de acuerdo con el objetivo de alcanzar la reducción del déficit al 3% en 2013, objetivo que para España o es inalcanzable, o de serlo tendrá unos efectos demoledores para nuestra economía y empleo. Es una paradoja que Europa, en vez de exportar el modelo de la sociedad del bienestar, está importando la sociedad de la precariedad.
¿Por qué no alcanzar esta reducción del déficit el 2016 y no el 2013, como pide la Confederación Europea de Sindicatos? Lo que permitiría un ajuste no sólo más soportable, sino también la combinación de políticas de reducción del déficit y de estímulo a la economía, único camino para crear empleo. El recorte drástico y generalizado del gasto público está teniendo efectos muy negativos sobre la demanda agregada y la tasa de crecimiento. Si a ello le sumamos el colapso en nuestro sistema financiero y la no fluidez de crédito a empresas y familias, el resultado es recesión y paro.

Su Gobierno insiste en la rigidez de nuestro mercado de trabajo. En el Congreso señalaba usted al mercado laboral español como parcialmente responsable de la situación actual por contener elementos que limitaban la empleabilidad, la estabilidad y la competitividad.
No sabe o no quiere responder cómo es que con este mismo mercado hayamos atravesado una larga etapa de crecimiento económico, y con índices de creación de empleo por encima de la media europea. O cómo puede ser que compartiendo el mismo marco jurídico laboral, en Euskadi el paro sea del 12,6% y en Andalucía del 31%. O cómo se explica que en Irlanda, con un marco laboral totalmente desregulado, se haya destruido un 13% del empleo existente en 2007, cuando en España se ha destruido el 9,3%.

Lo que le digo, señora Báñez, es de sentido común, usted lo podrá ignorar, pero es así. No habrá empleo sin recuperación económica; no habrá recuperación económica sin políticas activas públicas de estímulo a nuestra economía, sin que fluya el crédito a empresas y familias, y, hoy por hoy, ustedes no llevan a cabo ninguna de esas iniciativas.
La crisis podría ser una oportunidad para abordar con determinación un cambio del modelo productivo, para orientar nuestra economía hacia una economía de calidad, sostenible, competitiva y con trabajo de calidad. Su orientación, su tratamiento es totalmente erróneo.

Ustedes, señora ministra, nos presentan un plan de trabajo y singularmente una reforma que va a representar un retroceso en derechos laborales y de quiebra de la concertación social. Nos proponen despido más barato y más fácil para el empresario. Usted misma señalaba que hasta hoy el principal mecanismo de ajuste de las empresas en la crisis es y ha sido el despido, y creo que ustedes lo incentivan al hacerlo más fácil y más barato, u ofrecen un plan B, que es la reducción de salarios.

¿Dónde está la equidad, señora ministra? No solo proponen un despido más barato sino que limitan la negociación colectiva. Hay una pérdida de la fuerza en cuanto los convenios, hay una pérdida de la tutela judicial efectiva, y todo eso lo realizan sin ningún tipo de consenso. Es decir, señora Báñez, sin consenso han cambiado las reglas del juego, y lo hacen, a mí entender, con tres objetivos:

El primero es que, como estamos en crisis, hay que ponérselo fácil a los empresarios para que puedan despedir según les convenga, y barato, para que puedan reducir salarios y puedan descolgarse de los convenios colectivos; medidas estas que no solo servirán en tiempos de crisis sino que también servirán en tiempos de expansión.
El segundo objetivo es que, ya que no podemos devaluar la moneda por estar en el euro, provoquemos una devaluación interna mediante una reducción generalizada de los costes laborales con la esperanza de ganar competitividad.
Y el tercer objetivo consiste en crear en los empresarios la expectativa de que cuando llegue el momento de incrementar la producción los costes laborales serán más bajos.

Señora ministra, señorías del Partido Popular, no creo que a nadie le guste la actual situación ni que nadie tome decisiones si no es pensando en el bien común, pero, sinceramente, considero que se equivocan. Les lleva al error seguir instalados en concepciones viejas y fracasadas que conllevan elevados costos sociales. Ustedes creen que el empresario es el motor central y casi único de nuestra economía, y por ello, según su opinión, lo acertado es crear las condiciones y dar facilidades para que pueda jugar su papel económico, subordinando cualquier otro tipo de consideración a este objetivo. Yo creo que no es así. La economía del siglo XXI, el avance hacia una economía de calidad y sostenible, convoca no solo a empresarios, actores fundamentales, sino también a los trabajadores, y no hay economía de calidad sin equidad social, sin estabilidad, sin igualdad de oportunidades y sin diálogo social. Mucho me temo que con esta reforma laboral y con las políticas de empleo que ustedes proponen, y que tienen como buen ejemplo el recorte de más de 1500 millones de euros en el presupuesto de las políticas activas de empleo, lo único que van a conseguir es más paro y mayor sufrimiento social, sin que aporte nada al relanzamiento económico más allá de reducir costes laborales.

La reforma laboral habrá de salir adelante sin diálogo ni concertación y lo que es peor, precedida por una irresponsable campaña de deslegitimación de los sindicatos. Lo que algunos de sus más destacados dirigentes han llegado a decir de los sindicatos y de los sindicalistas solo tiene parangón con las campañas anticatalanas en la anterior legislatura. Puede ser que no se crean que uno de los pilares más básicos de una sociedad democráticamente madura sea el pacto social, o que ignoren que los agentes sociales, y especialmente los sindicatos, son actores fundamentales del consenso social. Sería importante releer la Constitución.Elparoxismo de esta cruzada antisindical la hemos vivido con la convocatoria de la huelga general del 29 de marzo y en la valoración de su seguimiento. Parecía que la culpa de la crisis la tenían los sindicatos; por ejemplo, a la señora Aguirreno la he oído nunca un reproche a los responsables directos de la crisis y, encima, se pasa ofendiendo a los sindicatos. Han querido enfrentar a trabajadores con empleo con los parados. Para ustedes parece que tener trabajo es un privilegio y no un derecho, por no recordar lo que han dicho de los empleados de la función pública.

Señorías, ¿desde cuándo el ejercicio de un derecho constitucional, como el derecho de huelga, es una irresponsabilidad y más si lo ejercen aquellos, los trabajadores, que ninguna responsabilidad tienen en el origen de la crisis y son quienes más duramente la pagan? Usted, señora ministra, ¿cree que es democrático afirmar que por mucha huelga que haya no se va a modificar la reforma? ¿Usted encuentra serio llamar al diálogo a los sindicatos, pero eso sí, lo troncal no se toca? ¿Cree que motiva mucho negociar lo accesorio? Cuando habla de diálogo, cuando nos pide que dialoguemos, ¿exactamente a qué se refiere? Porque si lo troncal no se toca, ¿de qué quiere que hablemos: del título, de la fecha, de la reforma? Creo que ustedes, como responsables del Gobierno en estas cuestiones, tendrían que intentar centrarse en concreto sobre qué y a quiénes convocan a dialogar.

Pero lo más relevante del 29 de marzo, del día de la huelga general, fue el latiguillo con que nos obsequió el Gobierno y el conjunto del PP: el día 29 fue un día de plena normalidad. Si ustedes se creen que el día 29 fue un día de plena normalidad, están aviados. Tienen un problema de percepción, tienen un problema de visualización y de conocimiento de la realidad. El día 29 de marzo, el día de la huelga general, no fue un día de plena normalidad, fue un día de huelga, de grandes manifestaciones, y de un profundo rechazo a esta reforma laboral; una reforma laboral que no solo fue rechazada el día 29 sino que se ha rechazado, según consta en todos los estudios de opinión que han aparecido. Como no soy socialista, y he crecido electoralmente, desde la modestia puedo decir que si conjugan la huelga general mas los resultados de las elecciones andaluzas y asturianas han de estar preocupados, porque ni el día 25 ni el 29 el Gobierno y sus políticas recibieron buenas noticias.

Señora ministra, este Gobierno debería contemplar cuál es la actitud de la ciudadanía, cuál es el rechazo que está habiendo en cuanto a los problemas y las respuestas que les está dando este Gobierno. Usted misma debería interiorizar que así como el señor Valeriano Gómez fue ministro de los cinco millones de parados, usted puede ser la ministra de los seis millones de parados, y creo que, lamentablemente, hay suficiente crisis y suficientes errores como para que esta crisis se lleve por delante también al señor Rajoy, como en su momento se llevó al señor Rodríguez Zapatero.
Señoría, sería importante que rectificaran, que dialoguen en primer lugar con los agentes sociales, que nos concrete exactamente sobre qué quiere hablar con el conjunto de los grupos parlamentarios, o si para lo accesorio, ya que hay acuerdo en lo troncal, tiene prioridad hablar con Convergència i Unió, con lo cual, háganlo, y aquí paz y después gloria, pero no nos maree con esta apelación urbi et orbi de diálogo. En mi opinión, hoy tocaba fundamentalmente hablar con más extensión de estas dos cuestiones.

Respecto a las pensiones, quiero trasladarle la apuesta y el compromiso de nuestro grupo con la viabilidad de un sistema público de pensiones, con el desarrollo y cumplimiento del Pacto de Toledo.

Respeto a la inmigración -ya habrá tiempo en esta legislatura de hablar de ello-, señora ministra, la invito a expulsar cualquier tentación o expresión racista o xenófoba de entre sus filas. Lo peor que está pasando con un fenómeno tan delicado es que dentro del principal partido hoy en día en España y con muchísima fuerza institucional en todas las comunidades autónomas y en muchísimos ayuntamientos, empieza a haber demasiadas voces que juegan con el fenómeno de la inmigración para conseguir rédito electoral. En primer lugar su partido pero también su Gobierno, deben estar comprometidos en políticas de pedagogía social para hacer frente a este fenómeno siempre tan complejo.

Solo me queda agradecerle su presencia y esperar su respuesta.

Gràcies, senyora presidenta.

 


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