Escucho por televisión unas declaraciones de Susana Díaz, presidenta en funciones de la Junta de Andalucía, criticando al resto de partidos de la oposición por no permitir su investidura como presidenta de Andalucía. Según la candidata socialista en la oposición priman los intereses electorales de las próximas elecciones del 24 de mayo. La señora aspirante a la presidencia de la Junta no deja de tener cuajo. La señora Díaz no recuerda que disolvió anticipadamente el parlamento andaluz con la excusa de prevenir futuros deslices izquierdistas de IU, sus socios de gobierno, cuando lo que pretendía era una burda maniobra electoralista que le ha salido bien en lo que afecta al PP, que lo ha hundido pero fatal para la gobernabilidad de Andalucía. El cinismo político, afortunadamente, me sigue exasperando.