Dijous dia 21 el diari ABC em va publicar l’article que trobareu transcrit a continuació.

¡Todo a estribor!

Al president Mas le encantan los símiles marineros. Gozó lo indecible mostrándonos el timón que le habían regalado y llegó a colocarlo en su despacho del Palau de la Generalitat. Aun con timón parecía incapaz de señalar un rumbo claro. Pasados los cien primeros días de su gobierno, el rumbo se ha hecho evidente: ¡Todo a estribor! ¡A la derecha!

Desde el principio se lanzaron proclamas del tipo: “La culpa es del tripartito”, “la culpa es de Madrid”, “esto se hunde” (cuando se afirmaba sin rubor “no podremos pagar las nóminas”), “sobran 15.000 funcionarios”, “íbamos hacia Grecia”. Se trata de hacer creer a todo el mundo que la situación es desesperada y que los sacrificios propuestos sólo buscan evitar el naufragio. No seremos los socialistas quienes neguemos la difícil situación económica y la necesidad de ajustar las cuentas públicas. Pero sí decimos que la exageración convergente persigue dos objetivos: rechazar toda responsabilidad y justificar toda suerte de recortes sociales. Y no es lo mismo practicar una política de recortes indiscriminados que impulsar una política de austeridad y reformas. Como dijo Lluís Bassets en un reciente artículo, se trata de la diferencia entre utilizar un machete y un bisturí.

Pero, al tiempo que recorta, CiU pretende beneficiar a los sectores privados de la sanidad y la educación, y busca favorecer a las rentas más altas. Lo vimos primero cuando el conseller de Sanidad parecía un vendedor de pólizas de mutuas privadas de salud. O cuando se favorecía a la escuela privada y concertada en detrimento de la pública. Y lo hemos visto también con la eliminación de lo poco que quedaba del impuesto sobre sucesiones (que sólo afectaba ya al 6% de los posibles contribuyentes) y con el anuncio de una próxima eliminación del impuesto de donaciones y de la rebaja del IRPF a las rentas más altas. Este es el rumbo de CiU: ¡Todo a estribor!