Avui el diari ABC em publica l’article que trobareu transcrit a continuació.
Rumbo equivocado
El president Mas, al llegar a la Presidencia de la Generalitat en diciembre de 2010, nos enseñó ufano el timón con el que pretendía pilotar Catalunya hacia una nueva Ítaca. Pasados ya más de dos años, Cataluña sigue acumulando paro, recortes y deudas. Para salir del paso, en septiembre de 2012, el president Mas escenificó una ruptura con el PP a cuenta de un pacto fiscal que no intentó negociar a fondo. Así justificó una convocatoria anticipada de elecciones que, en lugar de proporcionar al president la mayoría extraordinaria que pedía, provocó que CiU perdiese 12 escaños. Los efectos electorales fueron profundos: un Parlament más fragmentado y más polarizado, reforzando sus extremos, debilitando a los partidos que expresan mayor moderación y mayor transversalidad en cuanto al sentimiento de pertenencia. Y, como reacción, sorprendentemente, CiU decide pisar el acelerador.
El pacto de gobierno entre Artur Mas y Oriol Junqueras se fundamenta en un solo objetivo: celebrar en el plazo máximo de un año un referéndum sobre la independencia, confusamente denominado derecho a decidir. Más que un pacto de gobierno, se trata de una cuenta atrás, en la que Mas cuenta angustiado los días que pasan, mientras Junqueras espera confiado el gran día. Para empezar, y en virtud del pacto acordado entre CiU y ERC, el Parlament aprueba una declaración unilateral de soberanía que, al desconocer la legalidad, dinamita el derecho a decidir. No puede haber rumbo más equivocado, con un destino más incierto, en el que se queman etapas y se desconocen, cuando no se ocultan, los costes; un rumbo que divide la sociedad, descuida los verdaderos problemas de la ciudadanía y rompe los puentes de diálogo entre los partidos catalanes y entre las instituciones catalanas y españolas. De todo ello el president Mas será el máximo responsable y Oriol Junqueras el único beneficiario. Cataluña necesita otro rumbo.