Avui el diari ABC em publica l’article que trobareu transcrit a continuació.

PERSEVERAR EN EL ERROR
ABC, 21.03.13

La situación política catalana es altamente preocupante. A la pavorosa crisis económica y a los enormes problemas de tesorería que acaban recayendo sobre familias y empresas, se añade un gobierno supeditado a un socio que no corre riesgo alguno de desgaste y que condiciona su apoyo a la celebración de una consulta que no encuentra todavía encaje legal. Hace dos días el conseller Homs reiteraba que la consulta soberanista seguía siendo la máxima prioridad, aunque lo que motivó una reunión extraordinaria y secreta del Govern, gentilmente filtrada y fotografiada para La Vanguardia, era la angustia de no poder pagar a farmacéuticos, ayuntamientos, consells comarcals, consells escolares y al sector concertado de la sanidad y la educación.

El president Mas se equivocó al dar por rota la negociación del pacto fiscal cuando apenas se estaba iniciando, y se equivocó al pensar que unas elecciones anticipadas le iban a proporcionar la mayoría excepcional que pidió para salir adelante con su proyecto de ruptura con España. A esos errores se sumó un tercero: la incapacidad de analizar un resultado electoral adverso que obligaba necesariamente a replantearse muchas cosas. Se lo indicó claramente el editorial de la Fundación CatDem del 1 de diciembre de 2012: «Ahora toca hacer una parada para rehacer la alianza con los moderados que tienen clara la catalanidad aunque no sean independentistas».

Pero el president, mal aconsejado por su entorno más inmediato, hizo lo contrario. En lugar de formar un gobierno estable, decidió pactar con ERC una cuenta atrás para la consulta. Un acuerdo frágil e inestable, falto de realismo, equivocado en el objetivo y ayuno de estrategia. Probablemente no sirva siquiera para aprobar un presupuesto, pues aunque se consiga flexibilizar el objetivo de déficit, reivindicación a la vez legítima y razonable, la magnitud de los recortes sea indigerible para ERC y porque la actitud del gobierno del PP, nunca demasiado favorable a la Generalitat, deviene hostil cuando la prioridad del Govern es una «transición nacional».

Artur Mas ha metido a Cataluña en un callejón sin salida. ¿Será capaz de rectificar?