Avui el diari ABC em publica l’article que trobareu transcrit a continuació.
Sin acuerdo no hay consulta
Aunque el debate público catalán gire obsesivamente alrededor del tema de la consulta y sea cual sea la opinión que se tenga al respecto, parece claro que no habrá consulta el año que viene. El president Mas fue especialmente rotundo cuando dijo que no convocaría una consulta sin la autorización del Estado, y no parece que el Gobierno del PP, que ni siquiera permite al president a dirigir unes breves palabras a unos invitados extranjeros en el propio Palau de Pedralbes, vaya a autorizarla.
Las actuaciones que CiU y ERC tienen programadas para obtener la autorización para celebrar la consulta no sólo no prosperarán, sino que parecen pensadas para garantizar su fracaso. ¿Qué sentido tiene llevar al Congreso de los Diputados cualquier iniciativa que no haya sido previamente negociada con el Gobierno del PP, que goza del apoyo de una mayoría absoluta de la Cámara? ¿En qué cabeza cabe una negociación sobre la consulta si se fija de antemano y de forma unilateral la pregunta? ¿Cómo se pretende que el Estado transfiera a la Generalitat la capacidad de convocar referendos sin haber acordado antes su contenido?
Por si hubiera alguna duda, el diputado de ERC, Joan Tardà, que parece conocer la pregunta que CiU y ERC quieren formular, ha avanzado que «cuando los diputados del PP la conozcan, enloquecerán». No creo que sea ese el mejor camino para obtener la autorización del Estado para celebrar la consulta. ¿Acaso olvidamos que fue precisamente el acuerdo sobre la pregunta entre los Gobiernos de Londres y Edimburgo lo que permitirá votar a los escoceses en 2014?
Para cambiar la estructura interna y más aún las fronteras de un Estado democrático miembro de la Unión Europea no hay otra vía que la negociación y el acuerdo. No hay atajos unilaterales o ilegales. Por eso los socialistas nos hemos comprometido a una reforma constitucional federal sobre la que los ciudadanos se deberán pronunciar con su voto.