Me apetecía hacer esta entrada porque, como ya sabéis, desde hace un tiempo llevo desempeñando mi actividad profesional en una oficina de coworking, y el otro día realizamos un curso en el que aprendí claramente que estás tres palabras, aunque están relacionadas entre sí, no son sinónimas.
Liderar, dirigir y coordinar son tres términos que parecen ir de la mano pero que hay que saber distinguir y no confundir. ¡No todo líder es idóneo para ocupar un cargo de responsabilidad, ni todo directivo es capaz de liderar y motivar a un equipo!
Un líder es una persona capaz de influir en el comportamiento y conducta de los demás, es una persona que goza de influencia y relevancia dentro de un equipo. A pesar de la idea generalizada, los líderes no son aquellos que más hablan ni que más intervienen en una oratoria, sino que son aquellos que con pocas palabras consiguen captar la atención del público y logran despertar emociones y acciones.
Un buen líder es aquel que se muestra accesible, es asertivo, motivador y se pone en la piel de aquellos que le escuchan. Aunque entre las tareas de un directivo se encuentra la de ser capaz de liderar a su equipo, por desgracia, no todos los directivos reúnen estas aptitudes.
Un directivo es una persona que forma parte de la dirección de una empresa y que se encarga de cumplir los objetivos establecidos de la compañía.
Para ser un buen directivo es necesario mostrar habilidades de líder, saber favorecer un clima de trabajo positivo, ser un buen motivador y comunicador. Hay que tener flexibilidad y ser capaz de adaptarse a nuevos cambios, tener iniciativa y ser polivalente. Asimismo, es necesario mostrar iniciativa, ambición y ganas de crecer y mejorar.
Un coordinador es la persona que se encarga de coordinar (valga la redundancia) a personas para que todas vayan en una misma dirección. Un buen coordinador es, en cierto modo, un líder de su grupo, pero sólo para ese determinado equipo.
Para que una persona se defina como buena coordinadora tiene que saber armonizar al equipo, favorecer el respeto entre los integrantes, defender sus intereses y tener el control de lo que sucede.